La Zona de Emisión Reducida (LEZ, en las siglas en inglés) comenzó a funcionar en Londres a principios del 2008, siete días a la semana, y desde entonces se han ido actualizando y haciendo más estricta su normativa, hasta la última revisión en el 2012. Son áreas en las que están prohibidos los vehículos más contaminantes o deben pagar un fuerte peaje para poder entrar. El objetivo es reducir las emisiones más peligrosas, como son las partículas provenientes de los tubos de escape.

La LEZ cubre la mayor parte del área metropolitana de Londres. Camiones, autobuses, autocares y otros vehículos pesados, al igual que furgonetas grandes, minibuses y otros vehículos diésel con un peso superior a los 1.250 kilos deben cumplir con la normativa europea en materia de partículas, la normativa de emisiones Euro IV.

MULTAS DE 500 Y 1.000 LIBRAS / Los vehículos deben estar registrados en el Transport for London, el organismo que regula todo el transporte en la capital británica. Quienes circulen por el área metropolita de Londres sin cumplir la normativa o sin registrar sus vehículos deberán pagar una tasa diaria de entre 100 y 200 libras, dependiendo del tipo de vehículo o de lo contrario pueden ser sancionados con multas que oscilan entre 500 y 1.000 libras.

Ni la zona de emisión reducida, ni otro peaje para entrar en el centro de la ciudad -la llamada Congestion Charge- han acabado con los atascos diarios que colapsan Londres. La ciudad tiene unos índices de contaminación que superan los estándares marcados por la Unión Europea. Por ese motivo, el nuevo alcalde de la capital, Sadiq Khan, se ha puesto como objetivo prioritario rebajar el nivel de polución.

Entre sus planes figura la creación de una Zona Ultra Reducida de Emisión (ULEZ), que comenzaría a funcionar en el centro de la ciudad en el 2019, para camiones buses y autocares. También propone a partir de octubre del próximo año una carga adicional de 10 libras para los vehículos más contaminantes.

Khan, que sufre asma, considera que el «aire tóxico de la ciudad es una emergencia sanitaria que requiere una acción drástica, incluida la de introducir de cargas económicas a los vehículos viejos contaminantes y la expansión de la ULEZ».

Se estima que la contaminación provocada por el tráfico causa más de 9.000 muertes en la capital. Una de las calles más populares, Oxford Street, es también una de las más a evitar. La famosa vía comercial, permanentemente congestionada, es la más contaminada de la ciudad. Khan quiere convertirla en una calle peatonal para el 2020. Sin embargo, el propósito parece imposible porque un gran número de autobuses utilizan esa arteria y habría desviar su itinerario. BEGOÑA ARCE