El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, se comprometió hace un mes a tener resuelto el uno de agosto todos los expedientes de renovación de permisos de residencia y trabajo atascados durante la etapa del anterior Gobierno. Ayer aseguró que ha cumplido su promesa. "En sólo 21 días se ha solventado la situación de 100.000 personas, que de lo contrario hubieran entrado en la irregularidad por culpa de la propia Administración", aseguró.

El colapso de las oficinas de extranjería fue uno de los desencadenantes del encierro de la Catedral de Barcelona protagonizado por más de un millar de inmigrantes el pasado junio. El atasco más urgente de resolver era el que afectaba a los expedientes de renovación. Si el Gobierno no era capaz de darles salida, los afectados se hubieran quedado sin permiso y, por tanto, sin posibilidades de seguir en su puesto de trabajo legal.

El nuevo equipo habilitó las oficinas del INEM y de la Seguridad Social para tramitar la documentación y contrató a 267 funcionarios. Los resultados son los que anunció Caldera: 100.000 expedientes resueltos, de los cuáles casi la mitad, 42.627, corresponden a Barcelona.