El PP tuvo que echar mano ayer de nuevo de su mayoría absoluta en el Congreso para rechazar las once enmiendas a la totalidad de la ley Wert. Tras un tenso debate marcado por las provocaciones del ministro de Educación y por una oposición envalentonada por la crisis de credibilidad del Gobierno a causa del caso Bárcenas, el grupo popular solo recibió el apoyo de la Unión del Pueblo Navarro y el Foro Asturias para sacar adelante por 179 contra 149 un proyecto que ha cosechado el mayor número de vetos que se recuerdan en los últimos tiempos en la cámara.

El debate fue de trazo grueso. El que marcó Wert al acusar a toda la oposición de llevar a cabo un "ejercicio destructivo" y de ser "incapaz de plantear alternativas constructivas". Cuando habló de su "ignorancia palmaria" respecto al contenido de la ley, los aludidos respondieron con abucheos que disuadieron al ministro de seguir por ese camino. "Para facilitar el trabajo de la presidenta dirigía el debate Celia Villalobos) dejaré de hablar de sus déficits de comportamiento", anunció con su tono habitual de superioridad.

Los grupos le sometieron a un bombardeo en el que no olvidaron la obligada referencia a la ausencia del presidente Mariano Rajoy y sus explicaciones por el caso Bárcenas en la cámara. Al calor de su amago de moción de censura, el grupo socialista, no solo dio "por muerta" la ley para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) antes de nacer, sino que consideró que el ministro forma parte ya "del pasado". "Retire la ley y que un nuevo ministro de un nuevo Gobierno lo intente con consenso", exigió el socialista Mario Bedera.

LA CASPA Y EL NODO Unos minutos antes el portavoz de ERC, Joan Tardà, con trazo aún más grueso había asegurado que la ley nunca se aplicará porque Cataluña "no la acatará". "¿De verdad se cree que la sociedad española se va a tragar tanta caspa?", interrogó al ministro después de calificarle de "clasista", "discriminatorio" y "nostálgico del Nodo". "¿Saben por qué nos queremos de ir de España? Para olvidarnos de personas como usted, de un partido como el PP, de la carcundia", profirió, despertando una sarta de insultos en la bancada popular, que entre otras lindezas le llamó "payaso".

Martí Barberá, de CiU, destacó que el proyecto de ley va "contra la voluntad mayoritaria del pueblo de Cataluña" y es "un ataque directo al Estatut", además de criticar el intento de "recentralización" que impregna todo el texto. En los vetos de los grupos catalanes y los del PSOE e Izquierda Plural (IU, ICV y XA) figuraba un párrafo pactado en el que se condenaba el intento de la LOMCE de "acabar con la diversidad lingüística" e imponer el castellano.

El pleno acabó al filo de las diez de la noche con una votación a mano alzada porque la sesión se celebró en el Senado por las obras del Congreso y hay muchos más diputados que senadores. El principal diputado del PP y presidente del Gobierno, Rajoy, tampoco acudió a respaldar con su presencia una de sus reformas emblemáticas. Le esperaban demasiados micrófonos con preguntas sin pactar.