La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) presentó ayer en Ginebra un informe sobre la emigración de personas en todo el mundo. El estudio asegura que los emigrantes no son pobres, sino que pertenecen a las clases medias y cuentan con estudios, También alerta del negocio de los traficantes de personas que se ceban especialmente con las mujeres, a las que luego explotan.

EL CONTRABANDO DE PERSONAS MUEVE FORTUNAS

El contrabando de personas es una industria ilegal en continuo crecimiento que mueve anualmente 8.500 millones de euros (965.039 millones de pesetas), según la OIM. Quienes se dedican a ayudar a otros a pasar clandestinamente las fronteras ofrecen un amplio abanico de servicios. Un viaje ilegal organizado de Marruecos a España cuesta 425 euros (70.714 pesetas). Otros más complicados, como desde Asia a EEUU, 42.500 euros (7.071.405 pesetas). La OIM diferencia entre el "contrabando" y el "tráfico de personas". Este último se caracteriza por la violación de los derechos humanos de los emigrantes.

LA GLOBALIZACION AFECTA TAMBIEN A LOS EXODOS

"Es raro que los más pobres marchen a países extranjeros", indica el estudio de la OIM, que añade que los que más suelen aventurarse a irse a trabajar al extranjero son "personas de clase media, profesionales con cualificación o mujeres solteras, no tan atraídos por países determinados, sino por metrópolis, económicas y culturales".

LA DIFICULTAD DE CONTAR

A LOS ´SI PAPELES´

El informe no menciona el número de inmigrantes en situación irregular porque "es imposible" saber cuántos son. Son personas cuyo ingreso no se registra.