PLAZA: Olivenza.

NOVILLOS: Ganadería de los Herederos de Bernardino Píriz, bien presentados, bravos y nobles. Excepto el sexto, todos fueron aplaudidos en el arrastre, y el quinto fue indultado.

TOREROS: Matías Tejela, ovación y dos orejas. Javier Solís, una oreja y dos orejas y rabo. Miguel Angel Perera, ovación y vuelta.

INCIDENCIAS: Mañana soleada y tres cuartos de entrada.

Entre Javier Solís y los novillos de Píriz hay una buena sintonía. O es que el torero tiene suerte, o quizá les tiene cogida la medida.

Ayer tuvo un primero, buen novillo, bravo, con clase, incansable y toreable a más no poder. Y ante él, un Solís que se disfrutó toreándolo por los dos pitones. La faena tuvo relajo, buen gusto y los muletazos fueron largos y con cadencia. Hubo conexión con el tendido y se pidió con fuerza un indulto que tuvo aprobación en el palco. Con el segundo de la mañana, Javier Solís estuvo entregado y valeroso. La oreja fue el premio a la buena disposición.

Matías Tejela cortó las dos orejas del cuarto, pero también debió llevarse las del primero. La espada y el descabello le jugaron una mala pasada. El cuarto fue un novillo manejable, con el que Tejela volvió a demostrar su clase.

Y Miguel Perera se topó con el peor lote del encierro. Sus dos oponentes pecaron de un punto de mansedumbre, más acusada la del sexto, que se aquerenció en tablas.