Después de recorrer sin grandes contratiempos 400 millones de kilómetros en cinco meses, la sonda europea Venus Express se preparaba ayer para iniciar la delicada maniobra que ha de permitirle insertarse en la órbita del planeta con el ángulo correcto. La Agencia Europea del Espacio (ESA) se juega 220 millones de euros en apenas unos minutos "muy peligrosos", como se define en el programa de vuelo: si la nave es capturada por la gravedad del planeta, podrá iniciar una fecunda misión científica de dos días venusianos (unos 500 días terrestres), sin duda la más completa realizada hasta la fecha; si no es así, saldrá rebotada y se perderá en el espacio. Todo empezará a las 9.17 de hoy.

REDUCIR VELOCIDAD Durante los últimos días, el centro de control de la ESA en Darmstadt (Alemania) ha encendido en varias ocasiones los motores de la nave para frenar y reducir en un 15% la velocidad de crucero, unos 29.000 kilómetros por hora, pero lo principal aún está por llegar, incluyendo 10 minutos en que la sonda quedará cubierta por el planeta y se perderá todo contacto por radio. Hoy, la nave tendrá que activar su motor principal durante 50 minutos. Tras haber viajado con el impulso del despegue, gastará la mayor parte de los 570 kilos de combustible que le quedan.

Si todo funciona según las previsiones, la Venus Express , que partió de la Tierra el 9 de noviembre del año pasado, alcanzará una órbita casi polar y muy elíptica de 24 horas de duración, a una distancia de entre 250 y 66.000 kilómetros de la superficie. Tiene por misión estudiar la sorprendente atmósfera de Venus, muy cálida y densa, con un dominio abrumador (96%) del dióxido de carbono y una presencia menor de nitrógeno, dióxido de azufre y vapor de agua. A 60 kilómetros de altitud, los vientos soplan a 400 km/h y aún no se sabe por qué.

CAPA DE NUBES El planeta está cubierto por una espesa capa de nubes que los siete instrumentos de a bordo intentarán analizar. La nave podría suministrar información esencial, por ejemplo, para determinar si actualmente hay actividad volcánica y para conocer el origen de la corteza venusiana, que es relativamente joven (500 millones de años) teniendo en cuenta la antigüedad del planeta de uno 4.000 millones de años.

La nave es la más ambiciosa jamás lanzada hacia el planeta hirviente, aunque Venus ha recibido desde los años 60 una veintena de visitantes soviéticos y estadounidenses.