El sur de Estados Unidos tiene un elemento más que sumarle al desafío que presenta el coronavirus: la climatología. Una treintena de tornados sacudieron el domingo la región, desde Tejas hasta Carolina del Sur, dejando al menos 18 muertos y centenares de viviendas destruidas. Once de las víctimas mortales se produjeron en Misisipi, mientras otras cinco personas fallecieron en Georgia. En Luisiana, al menos 300 viviendas quedaron seriamente dañadas. Las feroces tormentas dejaron a cerca de un millón de personas sin electricidad en 10 estados y las autoridades hablan de «daños catastróficos» en varios condados. En algunas localidades la destrucción es masiva.

Luisiana, Misisipi y Alabama decretaron el estado de emergencia, después de que 34 tornados asolaran el domingo la región, arrastrando lluvias torrenciales y feroces tormentas eléctricas. «Esta no es la forma en la que alguien quiere celebrar la Pascua», dijo el gobernador de Misisipi, Tate Reeves. «Estamos movilizando todos los recursos disponibles para proteger a nuestra gente y sus propiedades». El sur de Misisipi fue una de las zonas más afectadas, después de que un tornado sacudiera la región con vientos de hasta 324 kilómetros por hora. Las autoridades han abierto refugios de emergencia para albergar a la población afectada y han pedido a los damnificados que traten de mantener las distancias de seguridad en los centros de acogida.

NUEVAS ALERTAS / En el vecino estado de Luisiana, uno de los focos del covid-19, un hombre murió en Cartersville después de que un árbol aplastara su vivienda. En el condado de Murray, en Georgia, la caída de una chimenea mató a cinco personas.

Las autoridades meteorológicas advirtieron de que las tormentas se dirigían ayer hacia los estados del sureste y del medio Atlántico. En la capital del país, Washington DC, las autoridades lanzaron la alerta de tornados.

Las fuertes tormentas han impactado en el sur de EEUU en plena crisis por el coronavirus dejando a centenares de personas sin hogar. Las autoridades de Misisipi insistieron en seguir manteniendo la distancia social mínima, incluso si se acudía a un refugio público. Estos centros se equiparon con desinfectante para manos y se aconsejó a los usuarios utilizar mascarillas.

En Alabama, en cambio, la gobernadora, Kay Ivey, dejó en suspenso las recomendaciones respecto al coronavirus en aquellos casos en que la vida pudiera estar en riesgo, mientras que el alcalde de Monroe (Luisiana) pidió a los hoteles locales que cedieran habitaciones al considerar peligroso abrir el refugio debido a la pandemia.