El accidente de tren de O Porriño (Pontevedra), ha hecho revivir el siniestro ferroviario de hace poco más de tres años en el barrio de Angrois, en Santiago de Comportela, cuando el tren Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol descarriló, el 24 de julio de 2013.

Murieron 80 personas y hubo más de 140 heridos, cuando tras tomar una curva a gran velocidad, el convoy descarriló y se empotró contra una pared.

La tragedia todavía colea también judicialmente porque el pasado mes de mayo, la Audiencia Provincial de A Coruña ordenó reabrir el caso para aclarar si el gestor de la infraestructura, el ente público Adif, evaluó correctamente el riesgo que comportaba la curva de Angrois, el punto donde se produjo el siniestro.

La Audiencia corregía así el fallo de un juez que cerró el sumario con el maquinista Francisco José Garzón Amo como único acusado del siniestro y después de que la misma Audiencia revocara por dos veces la decisión del primer juez que instruyó la causa de imputar a varios directivos de Adif.

Una investigación de la Agencia Ferroviaria Europea, encargado por la Comisión Europea, concluyó este mes de julio que la investigación realizada en España por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) sobre el accidente de Angrois, no se abordaron "elementos clave".