La Unión Europea (UE) aprobó ayer definitivamente la nueva directiva sobre calidad del aire, que introduce por primera vez unos límites obligatorios para las partículas más finas (2,5 micras) en suspensión, responsables de la muerte prematura de al menos 370.000 personas cada año en el conjunto de los países comunitarios y de unas 16.000 en España.

La directiva, que entrará en vigor a mediados del 2011, obligará a los estados a situar el nivel máximo de las partículas más finas a 20 microgramos por metro cúbico en las zonas urbanas entre el 2010 y el 2015. En el resto del territorio, el máximo autorizado será de 25 microgramos por metro cúbico. Los Veintisiete, además, deberán haber reducido en el 2020 en un 20% el nivel de esas partículas en las zonas urbanas respecto a sus niveles del 2010.

Las partículas más finas de 2,5 micras son especialmente perjudiciales para la salud, ya que penetran profundamente en el interior del sistema respiratorio y acaban dañándolo. Esas partículas son emitidas por los aparatos de combustión, en especial vehículos, industrias, calefacciones e incineradoras de residuos.

La nueva normativa permitirá reducir en más de un 40% la mortalidad prematura a causa de la contaminación atmosférica, según la Comisión Europea. Cada ciudadano pierde de media ocho meses de esperanza de vida a causa de las partículas en suspensión en el aire y en las zonas más contaminadas la merma llega a los 36 meses, explicó la portavoz del comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas. La directiva mantiene los niveles autorizados para las partículas más grandes de 10 micras.