El juzgado de instrucción número tres de Lucena decretó ayer el ingreso en prisión incondicional sin fianza de la joven de 18 años por su presunta implicación, junto con otros tres menores, en un incendio intencionado que causó la muerte de un indigente, barajándose como principal hipótesis la grabación de las imágenes del suceso para difundirlas en internet. Fuentes judiciales informaron ayer que se le imputa un delito de asesinato, que está penado con entre 15 y 20 años de cárcel.

Al mismo tiempo, según fuentes de la Junta, el titular del Juzgado de Menores de Córdoba decretó el secreto de la instrucción y ordenó, como medida cautelar, el internamiento en centros de reforma para menores de los tres varones, de entre 15 y 16 años, arrestados también como presuntos autores de la muerte de Antonio Joaquín Curiel Romero, conocido como Tito, al que presuntamente pegaron y quemaron con disolvente.

Según Europa Press, los menores reconocieron los hechos ante el fiscal y el juez que les prestó declaración, al menos en lo referido a que provocaron el incendio, aunque indicaron que desconocían que la persona fallecida se encontraba en el interior del inmueble. El padre de uno de ellos aseguró a las puertas de la Fiscalía de Menores que tiene "la absoluta certeza" de que su hijo "no ha hecho nada".

Según ha podido saber este periódico, la joven declaró en Lucena que en el momento del suceso estaba cuidando a un niño y que uno de los menores, que es su primo, fue a pedirle disolvente. Según su declaración, al poco rato los jóvenes regresaron a su casa y le mostraron las imágenes del su ceso grabado en un móvil, comentándole los hechos. La joven fue trasladada desde el juzgado hasta las dependencias de la policía local a las cuatro. Su hermana indicó a las puertas de los juzgados que la implicación de la joven en el caso es accidental y confirmó que podría existir una grabación de los hechos.

Fuentes próximas al caso indicaron que tras realizarse la autopsia al cuerpo de Antonio Joaquín Curiel Romero se ha comprobado que presentaba graves quemaduras en más del 80% de su cuerpo, lo que le causó la muerte, junto a la asfixia provocada por la inhalación masiva de humo por el incendio.

El subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, no quiso ayer desvelar datos relativos a la investigación abierta, aunque subrayó que los arrestados son "cuatro jóvenes que no se puede afirmar que pertenecieran a un ámbito marginal, ni muchísimo menos, sino a familias normales", e indicó que alguno tenía antecedentes, "no delictivos estrictamente", pero sí relacionados con episodios de excesiva agresividad o vandalismo. En cuanto a la relación entre fallecido y detenidos, dijo que "es posible que hubieran tenido algunos contactos" e incluso "algún episodio con cierto grado de violencia". No descartó ninguna hipótesis pero señaló que se investigan las "relacionadas con comportamientos agresivos y relacionados con las nuevas tecnologías", aludiendo así a la posibilidad de que los jóvenes hubiesen intentado grabar el suceso con un móvil para colgarlo en internet.