El próximo martes podrá observarse en el firmamento un tránsito de Venus por delante del Sol, una hermosa curiosidad astronómica que hoy en día apenas tiene relevancia científica, pero que esconde un carácter excepcional: ningún ser humano que viva actualmente ha podido verlo, puesto que el último aconteció en 1882. Agrupaciones astronómicas y centros de investigación de medio mundo aprovecharán la ocasión para realizar actividades divulgativas y acercar la ciencia a los ciudadanos. No se lo pierda: porque el próximo tránsito será en el 2012, pero no será visible desde España, y el siguiente llegará... en el 2117.

Un tránsito se produce cuando un cuerpo de pequeño tamaño cruza por delante del Sol y su silueta oscura es visible desde la Tierra. Si el tamaño aparente del cuerpo es mayor y puede llegar a ocultar todo o parte del Sol, como sucede con la Luna, al tránsito se conoce entonces como eclipse. Teniendo en cuenta la posición relativa de la Tierra en el sistema solar, en tercera posición, nuestras posibilidades de ver tránsitos se limitan a los dos primeros planetas: Venus y Mercurio. "Un espectáculo hermoso sería observar desde Marte un tránsito de la Tierra por delante del Sol", explica Salvador Ribas, profesor de Astronomía en la Universidad de Barcelona (UB) y coordinador de un proyecto divulgativo sobre el fenómeno.

Visto desde Extremadura y en horario oficial, el minieclipse comenzará a las 7.20 y terminará a las 13.24. En principio, cualquier momento es bueno para la observación, aunque a las 10.23 se alcanzará la máxima aproximación, es decir, el pequeño disco negro llegará a la situación más céntrica sobre la superficie del Sol. El único pequeño problema es que el Sol estará relativamente bajo, por lo que es recomendable buscar un horizonte despejado.

BUENA VISIBILIDAD Durante el tránsito, Venus tendrá un tamaño aparente equivalente a una trigésima parte de la superficie del Sol, prácticamente en el límite de la visión humana, aunque el contraste entre el negro y el amarillo facilitará la observación, confía Salvador Ribas, profesor de Astronomía de la Universidad de Barcelona (UB) y coordinador de un proyecto de divulgación. A diferencia de lo que sucedió el año pasado con un tránsito de Mercurio, la previsión meteorológica es buena.

Para contemplar el fenómeno y evitar lesiones oculares, es necesario disponer de un filtro adecuado --no valen unas simples gafas de sol--. Y las precauciones se han de extremar en caso de observar el tránsito con un telescopio, unos prismáticos o una cámara fotográfica.

Las órbitas de Venus, que dura 225 días, y de la Tierra, de 365 días, se alinean cada 584 días, pero la diferente inclinación de los planetas provoca que los tránsitos sean escasos.

Concretamente, explica Salvador Ribas, profesor de Astronomía en la Universitat de Barcelona (UB) y coordinador de un proyecto divulgativo sobre el fenómeno, "se suceden a intervalos de 121 y 8 años, de forma alternativa durante los meses de junio y diciembre, aunque no todos son visibles desde todos los rincones de la Tierra". Es lo que le sucederá a la Península en el 2012.