Los veranos más calurosos debidos al previsible efecto del cambio climático ocasionarán anualmente unas 15.000 muertes prematuras en el conjunto de Europa a finales de siglo, es decir, por culpa del calor morirán 15.000 personas más que las que cabría esperar con unas temperaturas como las actuales. La proyección, elaborada por el Instituto Catalán de Ciencia del Clima, supondrá que la longevidad media de los europeos se reduzca de media entre tres y cuatro meses, con independencia de que pueda aumentar por otras causas como la asistencia sanitaria y el progreso de la medicina. El estudio, que publicó anoche la revista Nature Communications , concluye que la mortalidad en invierno también se reducirá como consecuencia de las temperaturas más suaves y la menor prevalencia de enfermedades como la gripe y la neumonía, así como de las hipotermias, pero ello apenas compensará el efecto negativo del calor veraniego, explica el primer firmante del trabajo, el matemático y climatólogo Joan Ballester.