Cuentan los que ya están cerca de ser abuelos que cuando ellos eran jóvenes el billar, el billar francés, se podía practicar en múltiples rincones de Cáceres. Ahora, se lamentan, apenas quedan una o dos mesas, y mal cuidadas. El billar americano, el de meter las bolas en los agujeros, le ha ido ganando terreno. Es más fácil de jugar, no requiere tanta técnica.

Por eso ahora, un grupo de aficionados al billar francés, el que consiste en hacer carambolas con solo tres bolas sobre el tapete, han decidido dar en Cáceres un nuevo impulso a este deporte --porque el billar es un deporte, reconocido como tal por el Comité Olímpico Internacional, aunque nunca ha llegado a entrar en el programa de unos Juegos--. Y han fundado un club, el Club Ceres de Billar.

Situado en un local de la calle Trajano (en los bajos del número 2), es un club "abierto a todo el que quiera y con precios asequibles", dice Miguel Angel Corrales, uno de los fundadores del mismo y presidente. Su tasa de inscripción es de 40 euros y sus cuotas mensuales de 10.

"Nuestra idea --dice Corrales-- era hacer un club específico de billar y que además sea asequible a todo el mundo, pues en Cáceres actualmente hay otros dos clubs, no específicos de billar, pero sus precios son prohibitivos para la gran mayoría".

Nueve socios se lanzaron a esta aventura y ya son 16. La mayoría pasa de los 50, aunque "ya hay cuatro o cinco de entre 20 y 30 años", explica Felipe Soria, director deportivo del club. Porque ese es uno de sus objetivos. "Entre la gente de nuestra generación hubo mucho nivel de billar francés, aunque la falta de promoción por parte de las administraciones hizo que fuera desapareciendo", cuenta, que añade que ellos se han propuesto ahora volver a relanzar el billar francés en Cáceres.

Empezar a competir

En otras localidades de la región --Badajoz, Villanueva, Plasencia, Hervás-- hay clubs ya consolidados y su objetivo es conseguir lo mismo en Cáceres. Este año están empezando, pero para la próxima temporada su idea es empezar a participar en las competiciones provinciales y de ahí ir avanzando a las autonómicas, la nacionales y, por qué no, a las internacionales.

De momento han instalado dos mesas homologadas para competición, que cuentan incluso con calefacción para mantener siempre un ambiente estable y no incluir así en los movimientos de las bolas. Les dan uso. Mucho, porque el billar francés, muy técnico, "necesita de mucha práctica", recuerda Miguel Angel Corrales, es único socio del Club Ceres de Billar que de momento está federado y compite en las pruebas regionales.

Aparte de las dos mesas homologadas para competición están pensando instalar --"cuando las posibilidades económicas lo permitan"-- mesas de aprendizaje para empezar a enseñar a los jóvenes, para lo que necesitarán el apoyo de las instituciones.