La gravedad de los incendios que se extienden desde Los Ángeles y San Diegoha desplazado de sus casas a 950.000 personas, en lo que supone la mayor movilización de la historia de California. La administración del gobernador Arnold Schwarzenegger se enfrenta al reto de dar asistencia al millón de desplazados y, aunque muchos se han alojado en hoteles y viviendas de amigos, otros han tenido que buscar asilo en los refugios públicos.

El estadio Qualcomm, de San Diego, se ha convertido en un improvisado refugio para cerca de 10.000 personas y sus mascotas, en una imagen que podría recordar a los damnificados del Katrina, si no fuera porque ahora se ha producido un despliegue de medios y organización mucho mayor. Paralelamente, la Marina de EEUU ordenó hoy que su personal en el estado abandone sus cuarteles y se dirija a barcos atracados en puertos del estado con el objeto de hacer espacio a los miles de desplazados.

La cifra de desplazados podría continuar creciendo si, como se teme, los fuegos continúan avanzando con la misma voracidad que en los últimos días, impulsados por los vientos y por la extrema sequedad del terreno, tras la peor sequía de los últimos veinte años. Por el momento, las autoridades calculan que se han quemado 160.000 hectáreas, el doble que toda la ciudad de Nueva York, y la zona más afectada es San Diego, donde se calcula que una de cada tres casas ha sido evacuada.

Hasta ahora, se cree que en esta cadena de incendios, que ha provocado una lengua de fuego entre Los Ángeles y la frontera mexicana, han ardido más de 1.200 casas. En el proceso, dos personas han muerto, una en los primeros estadios del fuego, el pasado domingo, y otros setenta han resultado heridos, la mitad de ellos bomberos. El presidente George W. Bush anunció que el jueves viajará para conocer de primera mano la magnitud del desastre.

Entre tanto, en México, las autoridades informaron de que el fuego se propagó el lunes al estado de Baja California y ya ha quemado al menos 20 hectáreas. Añadieron que el martes fueron controlados seis incendios que habían pasado a tierras mexicanas y advirtieron que se teme que se sigan propagando. En Los Angeles, la principal ciudad del estado, las autoridades recomendaron a los vecinos no salir de sus casas ante la extrema contaminación del aire.