Aída, producción de Globomedia para Tele 5 que se define sin tapujos como políticamente incorrecta, discurre por su tercera temporada triunfal y polémica: algunos de sus chistes han provocado quejas y obligado a retoques. Nacho García Velilla, productor ejecutivo de la serie (y de Siete vidas y Médico de familia ), explica que intentan trabajar desde el respeto, "pero no renunciamos a que haya personajes miserables, cretinos y maleducados, porque creo que esos personajes son divertidos. Si a alguien realmente le hemos podido hacer daño, pues disculpas, porque nuestro trabajo no es así. No me gustaría que se viera así".

El pasado lunes, la Fundación Alpe presentó una denuncia judicial contra Tele 5 y Globomedia por tratar vejatoriamente a las personas con acondroplasia (la forma más común de enanismo óseo, con unos 3.000 afectados en España). Fue en el capítulo del pasado 21 de enero (líder del día, con 4.829.000 espectadores y un 24,8% de cuota), cuando Mauricio (el actor Mariano Peña), el personaje más radical de esta producción, insultó a un falso hijo (con acondroplasia), que quería estafarle.

La asociación, que ya impidió que Chicho Ibáñez lanzara personas con acondroplasia desde un cañón en Un, dos, tres... , cree que el episodio atentaba "contra los derechos fundamentales de la persona". Para Alpe, no se puede tolerar que, "con la excusa del humor", se hagan bromas con gente con acondroplasia.

"Es muy importante resaltar el hecho de que en la serie siempre hay varios puntos de vista --señala García Velilla--. No expresamos nunca una verdad universal, porque eso sí es una falta de respeto. Después de cada brutalidad de Mauricio, siempre hay una frase del personaje inteligente de la serie Chema o Aída criticando ese punto de vista. Somos los primeros que lo criticamos".

El guionista, respaldado por la productora y Tele 5, reivindica sus derechos como creativo: "Desde el punto de vista del guionista, ¿cuál es la opción? ¿No poner personajes que sean malos y políticamente incorrectos? Es que desgraciada o afortunadamente vivimos en un país en el que no todo el mundo es maravilloso ni correcto. Se dicen unas barbaridades tremendas. Fíjate en el debate político al que estamos asistiendo".

Aída sintió otra china en el zapato cuando desde Tele 5 se pidió a los guionistas que retocaran el capítulo previsto para el domingo 18 poco antes de la emisión del episodio. La razón fue que Aída (Carmen Machi) se encamaba con un sacerdote. Este capítulo fue el espacio más visto del día con 4.840.000 espectadores y un 25,3% de cuota.

"Los retoques fueron de dos o tres frases que, probablemente, podían herir a algunas sensibilidades --dice García Velilla--. Pero desde el punto de vista cómico, nunca se trató de faltar al respeto a una institución. Era el conflicto personal de un sacerdote que se planteaba su vocación ante un enamoramiento. Esto no es nuevo y lo hemos visto en otras series y películas. Lo que pasa es que cuando vas con el tratamiento de comedia, y más en una comedia políticamente incorrecta, todo tiene que ser más descarnado".

En el caso de Aída, no parece que el problema sea que se quiera recurrir al escándalo para atraer la atención. Sus audiencias son siempre brillantes. "Afortunadamente, la serie va bastante bien y no necesitamos que surjan estas cosas", dice García Velilla.

ABIERTOS A TODO

Como planteamiento creativo, los guionistas de Aída no evitan ningún tema, por atrevido que parezca, y recurre al sentido común como único límite. Por eso, en Globomedia admiten que esta vez, visto el revuelo, algo debe haberse hecho mal.

No obstante, el productor asegura: "Si mañana hacemos un chiste de gordos, que los hace todo el mundo en todos los sitios, y yo soy gordo, me va a afectar de una forma diferente a si no lo soy. Pero, ¿por eso hay que dejar de hacerlo? Pues mientras tenga un mínimo de respeto y sea más divertido que soez, yo creo que no".