Ha estado a punto de no contarlo tras quedar acorralado por la erupción del volcán Eyjafjalla, en Islandia, pero dice que volvería mañana mismo sin pensarlo. "Si le da por explotar al que está al lado, seguro que estaremos allí para verlo". Palabra de Jesús Calleja. Al mediático aventurero, protagonista de Desafío extremo (Cuatro), se le ha visto en repetidas ocasiones bordeando el peligro y diciendo ante la cámara que una situación era muy, pero que muy peliaguda, pero esta vez le han tenido que rescatar en helicóptero. "La situación era más tensa y dramática que cualquier otra en la que hayamos estado", dice.

"Estábamos rodando un programa que planeamos hacía tiempo: alcanzar los tres volcanes más peligrosos y explosivos de Islandia en invierno. El objetivo final era precisamente llegar al volcán que ha explotado. Y, mira por dónde, nos ha pillado allí. Dos días después teníamos que estar en la cima", explica Calleja, que estos días está de tourneé mediática para explicar aquí y allá que él y su reducido equipo (el cámara Emilio Valdés y el experto en el Artico Ramón Larramendi) han filmado "la fusión del glaciar: un enorme barranco de 250 metros de altura por dos kilómetros de largo y dos cuevas gigantescas que nunca nadie ha grabado".

MATERIAL UNICO

Y es que, después de ser rescatado, Calleja cuenta cómo se hizo "coleguilla del de los helicópteros" y alquiló uno para sobrevolar el volcán y filmar. Esas "exclusivas y únicas imágenes" podrán verse el domingo, a las 21.30, en Desafío extremo bajo el volcán, que emitirá Cuatro.

Este no es el primer volcán al que Calleja se enfrenta, pero sí parece el más difícil: "Ya había estado en uno muy explosivo que también nos tiró muchas piedras, en la selva, en Ecuador; y en noviembre estuvimos en Vanuatu, en otro que es el que expulsa los gases más peligrosos del planeta. Ya habíamos hecho algunas cositas con volcanes", comenta el explorador en tono jocoso. "Pero es que esta vez si no nos rescatan por aire, no lo contamos. La violencia y la magnitud del volcán eran tales que no podíamos ir a ningún lado ni huir. Estaba literalmente atrapado", puntualiza Calleja.

Calleja, que consiguió volver a Madrid tras pasar antes por Boston, las Azores y Lisboa, asegura que las columnas de ceniza y humo del Eyjafjalla --"unas coliflores gigantescas"-- estaban a menos de tres kilómetros del lugar donde se instaló el equipo: "Se nos echaban encima".

Pese a todo, no pierde el sentido del humor: "Voy a decir la verdad. Todo esto lo hemos apañado Cuatro y nosotros. Hemos llevado un gas desconocido hasta Islandia, lo hemos lanzado al cráter y hemos provocado la explosión. Pero se nos ha ido la mano, sobre todo ahora que hemos visto el caos aéreo. Estamos preocupados por si las compañías quieren demandarnos ahora". Y se despide con un: "Bueno, que vaya bien. Y ponme un titular explosivo" (risas).