El laboratorio de Netflix siempre está echando humo. No hay semana que no se cuele en la prensa especializada alguna de sus innovaciones para la industria del streaming. Después de que a uno de sus CEO se le escapase el plan «amigable» de frenar el uso compartido de contraseñas, ahora sabemos que están probando -en ciertos abonados con dispositivos móviles Android- una función que permitirá a los usuarios pisar el acelerador; literalmente, ver los contenidos a mayor velocidad.

El experimento ocurre a pocas semanas del estreno de su película más larga hasta la fecha, El irlandés, de Martin Scorsese, que llega a los cines el 15 de noviembre y 12 días después estará disponible en la plataforma. La cinta, con Al Pacino y Robert de Niro, y calificada por la crítica de «obra maestra», dura 210 minutos (¡tres horas y media!). Con la nueva función, quien tenga prisa podrá verla hasta 0,5 veces más rápido (105 minutos, menos de dos horas).

En realidad, no es una ocurrencia del gigante del streaming. El speed-watching -zampar cuanto más rápido los productos de la industria del entretenimiento- ya se estila en podcasts, audiolibros y en Youtube. Hace años que el consumidor descubrió que podía escuchar audios más rápido sin perder el contexto y, además, disfrutar de la experiencia.

Según el sitio especializado Android Police, la herramienta en pruebas de Netflix, solo disponible en un pequeño subconjunto de dispositivos Android, tiene la opción de aumentar la velocidad a 1,25x o 1,5x, pero también ralentizarla a 0,5x o 0,75x. «Siempre experimentamos con nuevas formas de ayudar al público a usar Netflix», dice un portavoz. «Esta prueba permite variar la velocidad a la que se pueden ver programas en los móviles. Como con toda prueba, puede que no se convierta en algo permanente».

A diferencia de Youtube, los contenidos de Netflix se incluyen en el séptimo arte, por lo que la noticia ha ofendido a los cinéfilos. Ya pasó cuando la plataforma presionó para que las películas se estrenasen a la vez en las salas de cine y en los hogares, o al permitir que el espectador se salte los títulos de crédito pulsando un botón.

Ante las críticas, la vicepresidenta de servicio de Netflix, Keela Robison, se defendió: «Solemos probar nuevas herramientas. Hemos empezado a probar controles adicionales, incluyendo la velocidad de visionado en móviles. La gente quiere volver a ver su escena favorita o ir más despacio porque está viendo una película en un idioma extranjero». Y matiza: «Hemos corregido automáticamente el audio en velocidades más rápidas y más lentas. No es cuestión de rasgarse las vestiduras ante cualquier novedad».