El tercer premio del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad, el 2.184, ha repartido millones por toda la geografía española, pero ha esquivado Asturias, Baleares, La Rioja y la Comunidad Valenciana, las cuatro únicas regiones que este caprichoso número ha preferido no pisar. El premio, dotado con 50.000 euros por décimo, salió del bombo poco antes de las once de la mañana dispuesto a repartir suerte y a tapar agujeros por casi todos los rincones de España, puesto que se ha vendido en 52 administraciones. En Cataluña se vendieron 40 series del número, 32 de ellas en Barcelona, lo que supone 16 millones de euros solo en la ciudad condal y otros cuatro en el resto de la comunidad. Caldes de Montbui, Cerdanyola del Vallés y Manresa (Barcelona), Valls (Tarragona), Vielha y Sort (Lleida) han repartido los otros 4 millones de euros que el tercer premio ha dejado en Cataluña.

El 2.184 se ha vendido también en seis administraciones de Madrid capital y en las localidades de Las Rozas, Getafe, Torrejón de Ardoz y Leganés.

EL PESCADERO LOTERO En esta comunidad, la administración 387, situada en la calle Hermanos Machado y regentada por José María, ha repartido 12 millones de euros, la mitad de ellos distribuidos a través de una pescadería del mercado de Quintana, en Ciudad Lineal. La pescadería, que se encuentra en la galería comercial del número 337 de la calle de Alcalá, ha celebrado su suerte por todo lo alto, y no es para menos. Según ha contado a Efe el encargado del puesto, Santiago Nieto, el pescadero se ha llevado "un buen cacho" pero los clientes de la pescadería aún más porque este comercio ha regalado participaciones "a todo el barrio".

La fortuna también ha premiado a la localidad tinerfeña de Los Realejos, y en especial al bar Palma, que ha repartido 7,5 millones de euros entre sus clientes. Los décimos, vendidos al bar por la administración de lotería El Gato Negro (para que vean el caso que hay que hacer a las supersticiones) había vendido cuartos y quintos premios en sorteos anteriores de Navidad pero nunca un tercero.