Lleva siete años en el paro y no se resigna. Arabela Fernández, de Mérida, acudió ayer a la manifestación del Primero de Mayo convencida de que encontrará un trabajo. Su último empleo fue en el sector de la hostelería pero ahora busca de lo que sea, "fregando platos o cara al público". Está casada y no tiene hijos, pero sí otros familiares a cargo. Vive del sueldo de su marido, funcionario, lo que es "un poco frustrante". Aún así no se rinde y espera encontrar algo este verano. "Desde luego que el trabajo a casa no te lo van a llevar. No puedes estar sentada en el sofá esperando que te llamen de un trabajo", dice.

Sobre la actuación del Gobierno con respecto al desempleo señala que no hay recursos. "¿Por dónde empiezas a arreglar esto? Si es que ya se nos ha ido de las manos y tal vez lo que pasa no es que el Gobierno lo esté haciendo mal, es que no tiene recursos para hacerlo mejor. Y de cualquier forma, el resultado son 4.900.000 parados", apunta.

Junto a su marido, Luis Piñeiro, recuerda además que "vivimos en un mundo tan globalizado" que se pone de manifiesto que la situación actual no solo puede resolverse desde España. "No funcionan ni la economía sumergida ni la economía de mercado y por ello hay que luchar por un modelo diferente al que en el siglo XIX motivó los movimientos obreros y la economía del capital y sobre todo, que penalice a las grandes empresas que siguen despidiendo trabajadores aún cuando obtienen beneficios", apunta.