Extremadura lleva esperando más de 790 años que Guadalupe pase a una diócesis extremeña, al igual que otros 30 municipios extremeños incluidos en la provincia de Toledo. ¿La Santa Sede debería dar el paso a la inclusión de Guadalupe en la región? Ante la pregunta tantas veces formulada, el guardián del monasterio, fray Guillermo Cerrato explicó que «siempre suelo decir que los tiempos de la Iglesia no son nuestros tiempos. Comprendo la preocupación de los medios por este tema, pero creo -añadió- que todos tenemos que tener en cuenta varias cosas. La primera, es que el territorio de las diócesis y las jurisdicciones eclesiásticas no coincide con los límites de las provincias y de las regiones, y eso no ocurre sólo en Extremadura. La diócesis de Plasencia, por ejemplo, llega hasta Salamanca. También todo el mundo debe saber que Guadalupe es Extremadura, y es algo que eclesialmente está incardinado a la archidiócesis de Toledo. No le hace perder extremeñidad ni universalidad. Pero no solo es Guadalupe, eso ocurre con muchas otras comunidades parroquiales de Extremadura».

Otro punto importante, a su juicio, es que «Guadalupe vive un sincero sentido de gratitud a la archidiócesis de Toledo, y a mí me consta que también toda la Extremadura que pertenece a Toledo, porque es una dedicación y un cuidado que hay que reconocer y valorar. A mí todo esto no me ha privado nunca de poder reconocer, y en muchos momentos expresar, que me parece muy digno, justo y razonable el pensamiento de los extremeños que vienen expresando el deseo de que se revise la pertenencia eclesial del monasterio. Me parece que es un deseo -concluyó- que debe escucharse, pero hay que tener la suficiente calma y paz para saber que la Iglesia es madre y escuchará.