El primer ministro de Portugal, José Manuel Durao Barroso, descartó ayer la posibilidad de que su Gobierno pueda poner algún tipo de trabas a las empresas españolas para dificultar que éstas inviertan en el país luso. Durao Barroso resaltó que pese a las reclamaciones de algunos sectores del país, que alertan de una invasión económica por parte de España, hay que dejar "que el mercado funcione, es inevitable".

En este sentido, el dirigente portugués explicó que el mercado europeo tiende a ser "cada vez más integrado", por lo que el empresariado del país "debe prepararse para ese mercado".

SIN ALTERNATIVA

Por si había alguna duda aclaró que "no hay estrategia alternativa" que pueda evitar esa realidad, por lo que lo único que puede hacerse es adaptarse a la realidad.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, coincidió con esta posición y afirmó que es muy importante que la economía europea gane peso en los próximos años si quiere tener peso en las decisiones políticas que se adopten en cualquier rincón del mundo. Por otra parte, rechazó que se pueda estar produciendo una invasión económica por parte de las compañías españolas, ya que en estos momentos, recordó, las inversiones de empresas portuguesas en España son mayores que las de las empresas españolas en el país vecino.