El difícil panorama que le espera al cultivo de tabaco en Extremadura, donde las ayudas a su producción que rentabilizan las plantaciones tienen su fecha de caducidad fijada en 2010, está obligando a los agricultores a buscar alternativas a esta planta. Científicos extremeños han demostrado que uno de estos cultivos puede ser la artemisia annua, una planta medicinal originaria de china, de la cual se extrae un principio activo, la artemisinina, que combinada con otros productos da como resultado un fármaco que se ha demostrado como la más eficaz terapia para luchar contra la malaria o paludismo.

La producción de este principio activo es actualmente muy escasa, debido a que dicho fármaco aún no cuenta con las licencias oportunas para su comercialización. Esta es la tarea que se ha marcado la multinacional farmacéutica Sigma-Tau, de capital mayoritariamente italiano, que ha suscrito un acuerdo con la compañía Pfizer para comercializar el producto basado en la artemisinina. Esta previsto que a lo largo del 2009 se envíe el fármaco a la Agencia Europea de Medicinas (EMEA) y a la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, para que den el visto bueno a esta medicación.

Una vez que ello se haga efectivo, la demanda de este principio activo crecerá mundialmente hasta producir las cantidades suficientes como para producir un tratamiento destinado a una enfermedad que afecta de forma endémica a más de cien países, y que sufren más de 500 millones de personas de todo el mundo. Las cifras de muertes se elevan a un millón al año, con especial incidencia en el Africa subsahariana, que concentra el 90% de las defunciones.

La empresa está de momento limitando la contratación de superficie para el cultivo de esta planta. El año pasado reservó 100 hectáreas para contar con reservas de artemisinina, con el fin de tener recursos para hacer sus pruebas clínicas, y para contar con material con el que lanzarse al mercado una vez que obtenga las licencias.

CULTIVO VIABLE Ante esta situación de partida, Extremadura se convierte en uno de los principales aliados de la multinacional farmacéutica, debido a que reúne las condiciones para producir grandes cantidades de artemisia annua. Al menos así lo han demostrado los científicos del Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (CTAEx), que lleva trabajando con esta planta desde hace cuatro años. En este tiempo se ha conseguido mejorar su producción, gracias a que se ha incrementado la presencia del principio activo en las plantas, y también se ha obtenido un proceso de mecanización que lo hace muy rentable.

"El coste de cultivo es muy simple, es una planta totalmente mecanizada, que exige un coste muy bajo de producción, comparados con otro tan exigente como el tabaco, con lo cual el margen neto que le queda al agricultor es similar o más alto que el del tabaco", indica Lucena. No obstante, advierte que esta planta no podría sustituir por completo al tabaco en Extremadura, donde se produce la mayor parte del cultivo en el país, pero si al menos a las explotaciones menos rentables. "No se trata de sustituir un cultivo por otro en su totalidad, porque si no estaríamos en manos de quienes elaboran estos productos, pero si se podría considerar un cultivo más de la baraja".

Los procesos de cultivo de la planta y extracción del fármaco desarrollados por el CTAEx cumplen con las guías y recomendaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud. Al ser una planta medicinal, la cantidad y la eficacia de la artemisinina responde a las condiciones en las que ha sido cultivada la planta de artemisia, tanto en lo que se refiere a la climatología, como la ubicación geográfica y las características medioambientales.

ADITIVOS PARA ALIMENTOS A la extracción del principio activo habría que sumar los residuos resultantes del proceso de extracción de la artemisinina, de los cuales se obtienen unos interesantes aditivos que sirven para la industria agroalimentaria y cosmética. "Estamos intentando aprovechar al máximo los residuos de esta planta", señala José Lucena, director del CTAEx, que explica que esta investigación parte precisamente de la búsqueda de aditivos naturales destinados la la industria agroalimentaria que sustituyan a los artificiales que "cada día tienen una peor acogida entre los consumidores, por los problemas derivados", añade.

En las instalaciones del CTAEx en Villafranco del Guadiana se ha realizado todo el proceso para la elaboración del fármaco. Se cultiva la planta, se recolecta, después se deja secar y se peletiza. Posteriormente se elabora una resina y finalmente un polvo, que es introducido en las cápsulas. El centro dedica una hectárea de sus tierras al cultivo de artemisia annua. En total hay unos 30.000 ejemplares que llegan a producir 80.000 kilos de materia vegetal y hasta 40.000 kilos de raíces, gracias a que el cultivo permite realizar dos cosechas al año.

Las investigaciones indican que con esta cantidad se pueden producir más de 50 kilos del principio activo, con lo que se podrían producir entre 6.000 y 10.000 dosis anuales del fármaco. Según la Organización Mundial de la Salud, los tratamientos combinados con artemisinina son leficaces en un 95% de los casos no graves.