El tradicional top manta ha pasado ya a la historia. Las últimas operaciones policiales contra la piratería musical y el espectacular afianzamiento de los DVD han obligado a las mafias del sector discográfico ha adaptarse a los nuevos tiempos que corren.

Pero, la verdad sea dicha, no han tardado demasiado. De momento el top manta de toda la vida ha desaparecido prácticamente de las calles de toda España, incluidas las extremeñas. Y es que, aunque en Mérida y Badajoz no era muy habitual, sí que era típico encontrarse a los manteros en el cacereño Paseo de Cánovas, una práctica que acabó convirtiendo la provincia cacereña en una de las zonas con mayor incidencia de la piratería en todo el país.

En los últimos tiempos, el empeño del Ministerio del Interior, a través de las numerosas operaciones policiales desarrolladas en la región, ha transformado las mafias. De momento, los ciudadanos chinos han copado un mercado negro que hasta hace no más de un año dominaban los africanos. Además, han cambiado el top manta por el más tradicional puerta a puerta. De esta forma, cargados con mochilas ofrecen sus productos por la calle. El precio no ha cambiado: 3 euros por un disco pirata.

Lo que sí ha evolucionado en los últimos meses es el producto pirateado . Si antes sólo se vendían discos y videojuegos, la proliferación de los DVD en la mayoría de las viviendas ha provocado que las mafias vayan aún más allá.

Los preestrenos

No sólo venden copias de películas, sino que ofrecen, por 6 euros, cintas antes incluso de que se estrenen en el cine. A través de grabaciones fraudulentas obtenidas con videocámaras en las propias salas de cine, ya sea en preestrenos o en países sudamericanos, y aunque no siempre con mucha calidad --se escuchan las risas de los telespectadores e incluso se puede ver a alguno cruzando por delante--, lo cierto es que los títulos más publicitados llegan antes a las mochilas callejeras que a la gran pantalla.

Los últimos ejemplos han sido los de La Pasión de Cristo o Buscando a Nemo , de los que en la región se vendieron cientos de copias en los días previos a su llegada a las salas extremeñas. En el caso de la polémica cinta de Mel Gibson, se ofrecía incluso una copia de su espectacular banda sonora.

Aún así, el mayor riesgo para estas organizaciones radica en la generalización del uso doméstico de las redes p2p , puntos de intercambio de archivos a través de internet que, pese a las denuncias de la Sgae, permitieron el año pasado que los españoles se descargaran 20 millones de películas, muchas de ellas mientras aún se exhibían en los cines.