Ante las restrictivas leyes europeas, la industria tabacalera trata de buscar métodos para que la gente consuma sus productos sin dañar con humo al vecino. El nuevo invento, denominado cigarro electrónico o e-cigarrillo Ruyan, consiste en un dispositivo con batería y forma de cigarro que emula la experiencia de fumar proporcionando nicotina al consumidor cuando es inhalado. Los médicos lo consideran "peligroso", "ilegal" e "inaceptable" y piden al Ministerio de Sanidad y Consumo su retirada cautelar cuando esta semana aparezcan en el mercado. El departamento que dirige Bernat Soria le denegó hace dos meses la consideración de medicamento y estudia la posibilidad de frenar su comercialización como producto engañoso.

El kit se vende inicialmente en una caja que incluye el cigarro, la batería y cinco cápsulas de nicotina. Su precio es de 80 euros.