¿Hay algún proyecto que se haya quedado en el camino?

--No. Las cosas se plantean para cuatro años. Unas son más fáciles a la hora de ponerlas en marcha, porque requieren menos recursos o porque son más fáciles. Otras necesitan ser meditadas con más tiempo. Ha transcurrido sólo un año y de momento no tiro la toalla en ningún aspecto. Por ejemplo en lo de fomentar el empleo en los estudiantes.

Ese era uno de los objetivos que anunció cuando entró en el rectorado ¿Qué medidas se están adoptando o se pondrán en marcha?

--En el aspecto del empleo por cuenta ajena se puso en marcha una plataforma virtual a la que han accedido gran cantidad de empresas y alumnos.

En lo que se refiere al empleo por cuenta propia, dentro del plan de iniciación a la innovación y al desarrollo tecnológico hay acciones concretas para fomentar estas ideas en innovación, con financiación en buena parte privada. El otro instrumento que nos debe servir para eso, la Fundación Universidad-Sociedad, está a punto de constituirse. Ya ha pasado todos los filtros tanto de la universidad como del Consejo Social. Este fomento de la cultura empresarial es uno de los proyectos que más tiempo requiere.

¿Qué otras acciones hay sobre la mesa para un futuro próximo?

--En investigación se ha reforzado tremendamente la estructura del Servicio de Gestión y Transmisión de Datos. Tenía una estructura ridícula y se la está dotando de un área económica, y de captación de recursos. Se quiere potenciar la participación del profesorado en captar más recursos externos, tanto de fondos públicos --de convocatorias nacionales y sobre todo europeas donde hay gran deficiencia-- y también del sector privado. El plan de iniciación va dirigido hacia los jóvenes profesores y alumnos de último año.

El nuevo vicerrector de Investigación comentaba recientemente que había que evitar la fuga de cerebros. ¿Se está trabajando en esta línea?

--Sí, pero tampoco nos podemos olvidar que la gente se debe formar para insertarse en la sociedad porque parece que todo lo que formamos tenemos la obligación de incluirlo en el mismo sistema, y es bueno que también trabajen en la sociedad. Evidentemente al que tenga clara su vocación por la docencia y la investigación también se le tiene que ofrecer esta vía.

Pero en Extremadura la investigación y los fondos destinados a ella se concentran en la universidad.

--Sí, como en casi toda España, Extremadura no es una excepción en ese sentido. Por eso creemos que es tan importante estas iniciativas empresariales basadas en ideas surgidas desde aquí (la universidad). En ir construyendo un tejido industrial que vaya acorde con otras líneas de trabajo que no sean exclusivamente las tradicionales. De otra manera, lo que hacemos es una metástasis del sistema.

Cara a la convergencia europea ¿en qué se ha avanzado en el 2004 y qué proyectos hay para el 2005?

-- Este es un tema que evidentemente nos va a llevar gran cantidad de tiempo en los próximos años. En el 2004 se constituyó la Oficina de Convergencia Europa, dependiente del vicerrectorado correspondiente, que es la que va a coordinar todas las acciones.

La convergencia europea se ha potenciado en la medida de nuestras posibilidades y creo que de manera importante. Realizamos una convocatoria de proyectos para ir preparando toda la filosofía que hay detrás de este proceso y nos sorprendió la respuesta que tuvo dentro del profesorado, con más de 100 proyectos solicitados y la participación de más de 600 profesores. Se hizo un gran esfuerzo para atender todas las solicitudes porque no se podía matar la ilusión de nadie.

Este año estamos pendientes de las convocatorias nacionales que establecerá el ministerio en este sentido. La velocidad que nos van a imponer este año respecto a la convergencia europea va a ser tremenda. A partir del 1 mayo existirá el catálogo de títulos.

¿A partir de entonces se verá qué titulaciones se podrán cursar en un futuro en la universidad extremeña?.

--No, a partir de mayo se verá qué titulaciones aparecen en el catálogo nacional. A partir de ahí creo que se deben iniciar todos los estudios y consideraciones oportunas.

¿Pero será entonces cuando se perfile la adaptación de las titulaciones que se imparten en Extremadura?.

--Efectivamente, y creo que es un buen momento para plantearnos qué queremos. La coordinación de estas acciones se hará a través de la Oficina de Convergencia Europea pero el debate debe trascender a toda la universidad.

En este primer año como rector ha tenido dos bajas en su equipo de gobierno y algunas voces han apuntado que podrían deberse a desavenencias internas ¿Cuál es su respuesta ante esas críticas?

--No quiero referirme a nada pasado y atendiendo a cómo se han producido, aseguro que son cosas naturales. Cuando uno aborda o se involucra en estos cargos, por lo menos en nuestro caso, da un paso hacia lo desconocido, no sabes exactamente cómo va a ser. Uno puede llevar unas previsiones y encontrarse con una realidad radicalmente diferente. Todo se plantea de la manera más natural y se llega a la situación más beneficiosa para todos y quedamos tan amigos (...) Hay gente que tiene mucho tiempo libre y tenemos que estar totalmente al margen de estos comentarios y seguir por el camino que está trazado porque como les hagas caso no atiendes a otra cosa.

En su toma de posesión Rodríguez Ibarra le dijo: "si hace lo que dice, que pida lo que quiera a la Junta porque a un proyecto así me apunto ciegamente". ¿Ha dado la Junta a la universidad lo que necesitaba?

--Las relaciones con el Gobierno y con la Consejería de Educación son como creo que deben de ser, tremendamente fluidas y cordiales. Hay que reconocer el esfuerzo que acaban de hacer. Evidentemente el proceso es más lento, esto no se soluciona de una vez. Pero las disposiciones son altamente positivas. Algunos proyectos requieren más tiempo que otros, como ése del que tanto hablamos de abrir la universidad a la sociedad. Ahora se constituye la fundación con un patronato formado por entidades bancarias, con entidades públicas, mancomunidades... éste va a ser un buen instrumento.