El 80º aniversario de Gabriel García Márquez --"setenta y pico", dijo el escritor-- convirtió el pasado 26 de marzo la inauguración del Cuarto Congreso de la Lengua en un homenaje al novelista colombiano, que rompió una larga temporada de retiro para recibir en Cartagena de Indias, emocionado y con los brazos en alto, el homenaje de las letras hispánicas. En su día grande, resumió así su vida: "Desde que tenía 17 meses, 17 años y hasta la mañana de hoy, no he hecho cosa distinta que levantarme temprano todos los días, sentarme ante el teclado para llenar una página en blanco o una pantalla vacía del computador con la misión de escribir una historia aún no contada por nadie que haga más feliz la vida a un lector inexistente".

UNA CONDICION

Un lector, sin embargo, que se cuenta por millones. Y algunos más tras el lanzamiento, el 26 de marzo, de la edición popular de Cien años de soledad , cuyo primer ejemplar recibió el escritor del director de la Real Academia, Víctor García de la Concha. Este recordó que, cuando le propuso el proyecto, García Márquez puso una condición, por dos veces: "Sí, pero yo a quien quiero ver es al Rey". La cita se produjo, y así la resumió el Nobel, según De la Concha: "Muy sencilla. Le dije: tú, Rey, lo que tienes que hacer es venir a Cartagena".

El director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, los escritores Tomás Eloy Martínez, Antonio Muñoz Molina y Carlos Fuentes, el expresidente colombiano Belisario Betancur y el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, glosaron la vida de García Márquez. Y al Rey de España le correspondió felicitarle por "su 80 cumpleaños, el 25 aniversario de su premio Nobel y los 40 años de la publicación" de esta gran novela.

El escritor evitó la primera de estas cifras: prefirió hablar de sus "setenta y pico años". Pero Carlos Fuentes la elevó: "Hoy empiezan los próximos 100 años de Gabriel García Márquez, y empieza hoy también el primer día del próximo lector de Cien años de soledad", para el mexicano, "el Quijote americano". El acto comenzó demasiado pronto para el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, que entró en la sala en mitad de la ceremonia de las letras hispanas.

El guarismo que complació a García Márquez es el millón de lectores más que puede tener. Una "locura" que no imaginó cuando escribió la obra en medio de las precariedades que recordó, en "la soledad de mi cuarto con 28 letras del alfabeto y dos dedos como todo arsenal", aunque sí cuando ya ha alcanzado 50 millones de lectores. La cifra indica que "hay una cantidad enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana". En un documental estrenado ese día, Gabo recordó lo dicho varias veces: "En la verdad de mi alma no soy nadie ni seré nadie mas que uno de los 16 hijos del telegrafista de Aracataca".