Como si fuera el supervillano de una película de James Bond, Jack White ha desarrollado un plan perfecto para conquistar el mundo. A diferencia de lo que les sucede a los supervillanos de las películas de James Bond, su plan no ha sido desbaratado en el último instante por 007. De hecho, ha sido el agente secreto quien le ha permitido culminarlo.

Increíble pero cierto. El monarca absoluto de The White Stripes firma e interpreta a dúo con Alicia Keys Another way to die , la canción principal de Quantum of Solace , la nueva entrega de la franquicia. ¿El campeón del rock de garaje en la misma liga que Shirley Bassey, Tom Jones, A-Ha, Tina Turner, Madonna y otros artistas más bien carrinclones que han cantado la codiciada canción principal de la serie?

No tan raro. The White Stripes son un reino pequeño pero poderoso: once millones y medio de copias ha vendido el dúo de Detroit de seis discos editados.

Desde los inicios de White Stripes, Jack y Meg complementaron su rock cavernícola con una magistral estrategia pop. Su sentido de la estética es un 10. Todo rojo y blanco. Irresistible imagen de marca. Y presentarse como hermanos creó la mejor idea de comando en misión imposible desde los Ramones. Los Ramones se llevaban a matar, y Jack y Meg no son hermanos sino matrimonio divorciado, pero qué más da. Dos contra el mundo.

INDIGENTE DEBUT EN 1999

Y luego está el talento. Obvio ya en The White Stripes (1999), su indigente debut. El dúo chatarra no era solo infrasonido, sino también y sobre todo canciones e interpretación. El tándem rojiblanco se convirtió en la sensación del momento con White blood cells (2001) y ratificó que había llegado para quedarse con Elephant (2003). Simultáneamente hizo bum el nuevo rock de garaje, con los Strokes a la cabeza. Episodio efímero del que White Stripes salieron ganadores. Con chulería: en Get behind me Satan (2005) apenas hay guitarra. Aunque sí la hay en Blue orchid , el single, y monstruosa. El número destapó a Jack como héroe de la guitarra.

Un papel fastidioso pero que hay que tragar ante la evidencia de que es un superclase. Compone, canta, toca, arregla y produce cada vez mejor. No solo dentro de la fórmula White Stripes, sorprendentemente expansible pero limitada al fin y al cabo. El disco que le hizo a la crespuscular gran dama del country Loretta Lynn, Van Lear rose , es estupendo y los dos álbumes que ha entregado con The Raconteurs no son ninguna broma.

La canción del nuevo filme de Bond se pidió primero a Amy Winehouse. No estaba en condiciones. Encargársela a Jack White ha sido coronarle como el rockero hegemónico del siglo XXI.