Cuenta la tradición que en la Edad Media los árabes intentaron invadir Navalvillar de Pela, pero huyeron despavoridos creyendo que la resistencia del pueblo estaba formada por un ejército fantasmal. En realidad, eran los peleños que, sabiéndose inferiores en número y armas, encendieron varias hogueras y galoparon veloces al son de tambores y cencerros, ataviados con amplias camisas blancas y sombreros puntiagudos amparando su engaño en la oscuridad de la noche.