Marcelino Blanco, un hombre tenaz

Ayer (por el miércoles) nos dejó un ferroviario tenaz y honesto, Marcelino Blanco. Un ejemplo de vida y coherencia que no podemos olvidar. Simpático y bonachón como nadie, tenía siempre las cosas claras en las luchas sindicales, en los objetivos puestos en la defensa del ferrocarril como servicio público y social, y que rápidamente asumió dos nuevos conceptos que hoy también exigimos: seguro y sostenible.

Su charla, tan amigable como crítica, nos hacía centrarnos en las tareas sin perdernos en lo superficial aunque, eso sí, consciente de que la lucha era larga y con pocas perspectivas de éxito en nuestra coyuntura actual.

Buen conocedor de la línea del tren Ruta de la Plata ha visto, con gran pena pero sin resignarse a ello, la grave decadencia de nuestras líneas extremeñas durante los últimos años. Por supuesto, coherente hasta en su propia despedida. Descanse en paz.