Hay determinadas personas y colectivos que tienen, de manera habitual, tendencia a lo negativo. Si se produce cualquier avance, no ponen el acento en el acierto, si no en la insatisfacción que les queda. Sucede a ambos lados del espectro. Pondremos algunos ejemplos.

Cuanto más te vas a la izquierda, sobre todo en políticas fundamentalmente sociales, las cuales, sea la medida que sea, siempre las considerarán insuficientes. Dicho de manera coloquial, si tú les das 2 te piden 4.

En la derecha, la oposición se pone por principio y el foco es colocado con adjetivos como inoportunidad o en el hecho de que, para ellos, siempre existen otras prioridades que cubrir.

Algo similar ocurre con los resultados electorales ( de cualquier tipo de elección). En estos casos la línea a seguir consiste en poner “peros” aludiendo a todo tipo de motivosexcusatoriospara los ganadores.

Cosa similar sucede con los nombramientos. Este perfil de personas o de organizaciones no se alegran ( incluso ni siquiera se muestran indiferentes) ante los logros de un paisano. Al contrario, centran sus ataques y críticas en lo que supuestamente va a dejar de hacer al ocupar su nuevo cargo. Eso si no dudan de su preparación o el merecimiento para ocuparlo. Por tanto, se gastan muchas energías en la teoría de aquel entrenador de fútbol ( Louis Van Gaal) que solía repetir “¡ siempre negativo, nunca positivo! Prefiero que se me tache de excesivamente optimista (“ siempre positivo”). Ya habrá tiempo de penar. Ya habrá tiempo de evitarlo o mitigarlo.

¿Qué necesidad tenemos de mostrar siempre la peor cara? Se puede ser reivindicativos, además de críticos, sin necesidad de las malas formas.

También, como hemos comentado en otras ocasiones, hay matices. Toda una gama de grises entre el blanco y el negro.

No podemos consentir que el derrotismo sea la guía de nuestros pasos. Si diseñamos una agenda de actuaciones. Si calificamos los hechos de los que nos rodean. Si analizamos los acontecimientos que, día a día se producen… Entonces no podemos caer en la imagen penosa, doliente, quejosa sin alternativas, de estar continuamente alegando que todo es un desastre y que nadie puede remediarlo.

* Historiador y diputado del PSOE