Opinión | LA CURIOSA IMPERTINENTE

Corbata, Puma y esfuerzos

Ha causado sensación un informativo matinal en You Tube del cómico Ángel Martín en el que se manifestaba hasta el rabo -expresión que reproduzco tal cual, ordinaria pero expresiva- cuando se nos pide un nuevo esfuerzo a la población anónima, a usted y a mí, respetado lector, y no tan anónima, o sea a él. Enumera con desesperación todas las cargas echadas a nuestras espaldas por los que mandan - y los que aspiran a mandar-, o sea la clase política, desde la pandemia hasta hoy, cuando se nos conmina de nuevo a que asumamos dócilmente las penurias futuras del otoño de nuestro descontento y el invierno de nuestra desolación. 

Tras un periodo en que desde Calviño a Ribera negaban que España, mejor posicionada que el resto de la UE por obra y gracia de su salvífico gobierno, fuera a padecer en exceso, hubo que asumir, siempre por causas ajenas a su acción ejecutiva, la realidad nefasta atribuible al cambio climático, la guerra de Putin, los puros en los cenáculos y, desde ayer, Botín y Sánchez Galán, que, una vez puestos nombres y apellidos al último chivo expiatorio, ya puede irse de vacaciones el presidente a Lanzarote, pues tras el último sprint por revertir las encuestas consistente en organizar un debate sobre el estado de la nación en que el líder de la oposición debía permanecer mudo -el sueño de todo autócrata- y lanzar una serie de medidas confiscatorias, -siempre ha consolado mucho al pobre que el rico sufra- se lo ha ganado el hombre.

El último hallazgo del dirigente ha sido aconsejar a quien la lleve que se despoje de la corbata, pues es prescindiendo de ella como alcanzaremos los logros energéticos que nos exige Europa y que la acción ciudadana en su conjunto debe llevar a cabo. Sin corbata, los ancianos ateridos que deban bajar la calefacción a 19 grados este invierno se encontrarán sin duda en el ansiado estado del bienestar que nos desea el presidente a todos sus devotos súbditos, mientras él sigue desplazándose en Puma de Moncloa a Torrejón, porque con su cariñoso ejemplo, ha sido el primero en quitársela. 

*Profesora