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Nueva sociedad, nueva política

Enrique Pérez Romero

Las corbatas son para el verano

«Me gustaría que vieran, en fin, que no llevo corbata, y esto significa que podemos todos también ahorrar desde el punto de vista energético, y he pedido, pues a los ministros y ministras, y a todos los responsables públicos, me gustaría también, y al sector privado, si aún no lo ha hecho, que, cuando no sea necesario, pues que no utilicen la corbata, porque así también estaremos haciendo frente al ahorro energético que tan necesario es en nuestro país» (Pedro Sánchez, 29/07/2022).

Con esta salida de pata de banco, el presidente del Gobierno logró hace dos semanas convertirse en el hazmerreír del país, reforzar su imagen de frivolidad y clasismo, y convertir el tema político más relevante del momento en la anécdota española del verano. Les propongo que analicemos el monumental error político. Lo haremos, para mayor claridad, en diez puntos, ordenados de menor a mayor importancia en el nivel de incompetencia. 

1. Nada más escucharle, uno se pregunta: y si era tan fácil, ¿de verdad llevan ustedes décadas de derroche energético solo por el empeño en llevar corbata en los edificios públicos? Dan ganas de pedirles que devuelvan de su bolsillo el dinero que hemos pagado todos los españoles para que sus señorías pudieran llevar corbatas y al mismo tiempo estar fresquitos. 

2. Algunos no aprenden de los errores del pasado. Esto ya lo intentó en 2008 Miguel Sebastián, ex gurú de Zapatero y, según se rumorea, artífice último de la tesis doctoral de Sánchez. El primer día que Sebastián intentó ir al Congreso sin corbata fue apercibido por el presidente de la cámara, José Bono, de su mismo partido, y ahí terminó aquella aventura. 

3. Sánchez es experto en proponer cosas que él mismo no puede cumplir. Si en aquella mañana de julio pedía que los hombres se quitaran la corbata, él mismo se la puso por la tarde para una reunión con el presidente de Serbia. Lo mismo ocurrió con una de las «fotos del verano», el encuentro con Felipe VI en Marivent, el 06/08/2022. 

4. Otro error de bulto típico de Sánchez es emplear una cuestión menor para hablar de temas mayores. Tan mayor es el ahorro energético que España, por primera vez en su historia reciente, puede sufrir el próximo otoño restricciones energéticas. Hablar del uso de la corbata en este contexto, parece una broma de mal gusto. 

5. Tampoco es la primera vez que, intentando desviar la atención, lo que consigue Sánchez es fijarla justo donde no quiere. Al convertir su declaración sobre la corbata en un «hit» del verano, ha logrado que toda España se entere de lo que va a pasar este otoño, cuando antes era solo un runrún indeterminado. 

6. Proponiéndose como dirigente de izquierdas, es aún más incomprensible emplear ese ejemplo, porque alude a una cuestión claramente de clase ya que, al menos hasta ahora, albañiles, camareros o jornaleros no tienen tales dilemas con la corbata. 

7. Vaya tufo machista para un Gobierno tan supuestamente obsesionado por el igualitarismo, ¿no? Dado que las mujeres no suelen llevan corbata y son el 51% de la población, el presidente parecía estar dando por sentado que el 49% de la sociedad somos el 100%.

8. La corbata, complemento más simbólico que práctico, fue convertido por Sánchez en icono de un plan improvisado e ineficaz, quizá tan simbólico, tan ornamental, como una corbata. 

9. Cuando uno comete un error discursivo de esta magnitud, define con él una forma de entender la vida y la política, puesto que proviene del inconsciente. Y el error va directo al inconsciente del votante, que consolida la imagen previa de Sánchez como líder clasista, superficial y políticamente incompetente. 

10. Es la última frase de «Las bicicletas son para el verano» (Jaime Chávarri, 1984): «Sabe Dios cuándo habrá otro verano». El economista Santiago Niño dijo hace poco que el de 2022 será «el último verano». Las dos son formulaciones metafóricas. Hablan del final de un ciclo. De la ausencia de horizonte esperanzador. Sánchez, con sus declaraciones, ha metido el dedo en la llaga y se ha reído del dolor. 

Como verán, si hubiera vida inteligente en los alrededores de Moncloa, no se incurriría en resbalones de esta magnitud que, pareciendo anecdóticos, contienen dinamita para cualquier gobernante que sea consciente de sus limitaciones y de la finitud de su mandato.

*Licenciado en CC de la Información

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