Opinión | Días convulsos en el país asiático

Revuelta o revolución en Irán

Los manifestantes gritan «mujer, vida y libertad» en defensa de la dignidad y la igualdad de las mujeres

En Irán continúan las manifestaciones por la muerte de Mahsa Amini por no llevar correctamente el velo con el que se obliga a cubrirse a las mujeres. No es la primera vez que los iranís protestan contra el régimen, pero revelan una recurrente desafección de la población con los clérigos en el poder. Actualmente, los manifestantes gritan «mujer, vida, libertad» en defensa de la igualdad y la dignidad de las mujeres y están siendo reprimidos con brutalidad, hasta el punto de que la UE acaba de imponer más sanciones a personas y entidades vinculadas a esta represión, y el Parlamento Europeo desea declarar organización terrorista a la Guardia Revolucionaria, cosa que exige la decisión de un tribunal de justicia.

Un artículo de Sajjad Safael del Instituto Max Planck de Múnich me ha hecho conocer un interesante estudio del sociólogo Hossein Bashiriyeh, que a raíz de las manifestaciones que hubo en Irán en 2009 sistematizó en ocho los requisitos necesarios para que una revuelta se convierta en revolución y pueda derribar al régimen. 

El primero es que el Gobierno carezca de legitimidad y esta condición parece darse en Irán, donde los 12 miembros (designados, no elegidos) del llamado Consejo de Guardianes filtran implacablemente a los que pueden participar en las elecciones y en las últimas, las de 2021, impidieron presentarse a todo aquel que pudiera amenazar el triunfo del candidato oficial, Ebrahim Raisí.

El segundo es que la élite gobernante se divida y esta condición me temo que no se da. Los clérigos, los Guardianes de la Revolución, las milicias Basij, el Ejército, el aparato judicial y los servicios de Inteligencia son una piña.

El tercero es una mala gestión gubernamental y esta no creo que nadie lo discuta, porque los iranís hace años que ven cómo se deteriora su nivel de vida, aunque los gobernantes echen la culpa a las sanciones norteamericanas, que sin duda ayudan. De la corrupción no hablan.

El cuarto requisito es la debilidad del régimen para reprimir las protestas y tampoco se da, porque ha respondido con una represión brutal que ha causado 481 muertos según la oenegé Iran Human Rights. 

El quinto es que el descontento popular se dirija contra el Gobierno y esta condición también parece darse, porque a la indignación producida por la muerte de Mahsa Amini se une al descontento por la corrupción, la falta de participación política, las dificultades para llegar a fin de mes, el desempleo, la inflación, la falta de libertades, etcétera.

El sexto requisito tiene que ver con la facilidad para comunicarse los manifestantes entre sí y esta condición también se da, gracias a redes sociales como TikTok o Instagram.

El séptimo exige que haya líderes visibles dirigiendo las manifestaciones y esta vez no los hay. Eso dificulta su eliminación pero también quita capacidad organizadora.

La octava condición es que la protesta esté respaldada por una ideología que propugne un cambio político radical y eso tampoco está claro, porque los manifestantes se podrían desmovilizar si se eliminara el velo.

La conclusión es que en Irán solo se dan con claridad las condiciones 1, 3, 5 y 6 y con esos mimbres no parece que las actuales protestas pongan en peligro la estabilidad del régimen.

Podría ser interesante proyectar estas mismas ocho condiciones a las revueltas que tienen lugar en Perú tras la detención del presidente Pedro Castillo por intentar dar un autogolpe de Estado. Los manifestantes exigen con violencia la dimisión de la presidenta Boluarte y se han encontrado con una dura represión que ha causado numerosos muertos y heridos. ¿Se dan en Perú las condiciones que exige Bashiriyeh para la caída del Gobierno? Es un ejercicio que les invito a hacer, porque puede arrojar algo de luz sobre el futuro inmediato del país andino.  

*Diplomático

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