Encerado y clarión

No solo los vivos son asesinados en la guerra

No solo los vivos son asesinados en la guerra

No solo los vivos son asesinados en la guerra / EL PERIÓDICO

Saturnino Acosta

Saturnino Acosta

Decenas de videos, centenares de imágenes y relatos de experiencias inenarrables y monstruosas, inundan estos días nuestra televisión, prensa y móviles en relación al ataque del grupo Hamás a Israel.

Ninguna guerra es civilizada por antagonismo, y desmanes y atrocidades se han cometido en muchas por no decir en todas, pero ese razonamiento es argumentarlo, incluso casi es peor, para la justificación «civilizada» de masacres, raptos, violaciones o decapitaciones de bebés, que la propia masacre en sí, pues al justificar o no condenar la acción, solo se alienta a repetirla y se respalda al agresor, eso sí, si «aquellos civilizados» consideran que tienen razón, pues se daría la paradoja en caso contrario, que como para la inmensa mayoría de la humanidad, decapitar bebés, asesinar, violar o raptar, merecería la condena más absoluta, declaraciones en La Haya, petición de condena por crímenes de guerra o cárcel para toda la vida.

"Decía Miguel Servet que «matar a un hombre no es defender una doctrina»

Decía Miguel Servet, que por cierto murió quemado en la hoguera, que «matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre» y no sabe usted qué razón tenía, por eso mismo resulta absolutamente indignante que dependiendo quién mate, el silencio, aunque sólo sea silencio, otorgue ni siquiera la duda de justificar tamaña atrocidad. Y eso va para todos los bandos, antes, durante y después, como decía Miguel Servet.

Sin ánimo de dármelas de listo, no sé si somos conscientes de la cruda y dura realidad. Esa difusión por vídeo e imágenes de esa violencia inusitada cercana al salvajismo más salvaje, disculpen la reiteración, tiene sólo un objetivo, largamente utilizado durante siglos, el horror por el horror. Desde Gengis Khan, al famoso Vlad el Empalador, o más recientemente el ISIS, su táctica consistía y consiste en sembrar tal miedo a los que se consideraba sus enemigos, que bastaba sólo anunciar su llegada para que tropas rivales se rindiesen y las ciudades cayeran rendidas, aunque fueran militarmente infinitamente inferiores, pero para ello, debían cometer las mayores atrocidades posibles, los crímenes más inhumanos que consiguieran helar la sangre del contrario. 

En fin, Isaac Asimov, escritor de ciencia ficción, nunca se acercó tanto a la realidad como cuando declaró que no solo los vivos son asesinados en la guerra, y es que hubo, hay y habrá guerras que asesinaron, asesinan y asesinarán a muchos no natos.

Señores, callar o justificar es legitimar el crimen más inhumano porque «nunca pienses que la guerra, no importa su necesidad o su justificación, no es un crimen», palabra de Hemingway.

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