Opinión | La curiosa impertinente

Maquillarse y empoderarse

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez. / EL PERIÓDICO

Dice Lady Gaga que ella lleva maquillaje hasta para dormir porque siempre ha sentido que es una forma de expresión y como en el colegio estaba prohibido, lo cogió con más ganas. El maquillaje para ella fue una manera de entender su identidad y de sentirse más segura. Poderosa, termina. Hay mujeres que se empoderan subiéndose a unos tacones, otras pintándose como les da la gana, enseñando su ropa interior o haciendo y diciéndolo que les apetece.En mi juventud, sin embargo, muchas feministas opinaban que dichos instrumentos de seducción suponían sucumbir al papel que los hombres machistas atribuían a las mujeres para su exclusivo uso y disfrute. Por eso ni se depilaban algunas, y aunque afortunadamente en pro de la higiene, dejarse las axilas peludas ha dejado de estar de moda, todavía hay algún feminismo intransigente que las reivindica en nombre de la sororidad o la lucha contra las normas estandarizadas de belleza.

Una prefiere que las mujeres se empoderen leyendo, estudiando, alcanzando con su talento lo que por su talento merecen, cobrando en justicia lo que tengan que cobrar y rompiendo techos de cristal, pero le parece genial que se maquillen y, si metiéndose en la cama con maquillaje se sienten fuertes, pues que lo hagan, aunque luego gasten un dineral en detergente para las sábanas.

También defiende que los hombres se depilen si no les gusta su pecho lobo, que se quiten las marcas de acné con láser como el presidente, aunque él ya tiene poder y no necesita empoderarse, y que hagan todo lo que les pida el cuerpo para sentirse a gusto con su físico. Lo que rechaza, sin embargo, es el maquillaje de sus ideas, porque quien maquilla sus intenciones, miente. Puigdemont o Junqueras, me caerán antipáticos, que me caen, pero, al menos no maquillan sus políticas. Lo que dicen es lo que son. Sánchez y Otegui, ya es otra cosa. Cubren con el maquillaje de la concordia y el buenismo el pasado, el presente y el futuro. Y lo peor no es que se metan maquillados en la cama, sino que además quieren que nos acostemos con ellos.