Opinión | Desde el umbral

Repetirse

Es el inconsciente el que acaba llevándonosa un lado u otro

Periódicos.

Periódicos. / EL PERIÓDICO

Cuando algo nos sobrevuela el pensamiento, corremos el riesgo de sacarlo a relucir de manera reiterada, consciente e inconscientemente. El otro día le daba vueltas a esta idea cuando echaba cuentas del tiempo que llevo escribiendo columnas en El Periódico Extremadura. Me percataba de que son ya más de once años sembrando letras en estas páginas con artículos de opinión de periodicidad semanal. Y es cierto que, si uno hace el ejercicio de revisar aquello sobre lo que escribió, no es difícil contemplarse regresando, una y otra vez, sobre los mismos pasos. No es que siempre se escriba de lo mismo. Pero sí es verdad que el modo en que concebimos la vida, nuestra escala de valores, los asuntos o temas que nos preocupan e interesan, etcétera, acaban abriéndose paso y trascienden en nuestro discurso público. Ha habido más de una ocasión en que estaba tecleando una de estas columnas y, repentinamente, me ha asaltado la sensación de estar repitiéndome. Ante eso, siempre he procurado acudir a ‘san Google bendito’, para que me ayudara a dilucidar si ese pálpito nacía de la razón o de la mera inquietud por tratar de ser razonablemente original en cada publicación. Cuando me he dado cuenta de un parecido demasiado razonable de un artículo en construcción a otro ya publicado, he tirado a la papelera el nuevo, y he empezado a escribir de otro asunto. Pero tengo la plena convicción de que, si recopilara todos los escritos de estos más de once años, constataría que, en ocasiones, sí le he dado más de una vuelta a ciertos temas e ideas. Esto no es necesariamente algo negativo. Y, de algún modo, es inevitable, aun tratando de evitarlo. A uno no le gusta trillar cuestiones ya abordadas. Pero no hay que perder de vista que somos humanos. Y que, de algún modo, aquello que somos, aquello que vivimos en cada momento, nuestras pasiones y aficiones y aquello que nos ocupa o preocupa, acaba saliendo a flote, incluso cuando hacemos un ejercicio consciente de autocontención. Hay una cierta porosidad en la persona que permite que lo que sobrevuela el plano interno trascienda, en un ámbito u otro, de una manera u otra, al exterior. La plena conciencia de ello, solo la tiene quien escribe. Porque, una vez que se publica cada artículo, deja de pertenecer al autor para volar hasta cada uno de los lectores, que lo interpretan desde su propia perspectiva, desde una visión particular en que también se entiende lo que se lee de manera muy diferente en función de qué se piense, cómo se sea o de lo que el acontecer diario de la vida esté deparando a cada cual en cada momento. Así que, si me encuentran regresando a aquellos sitios en los que ya anduve, sepan ustedes que uno no lo hace de un modo voluntario, que es el inconsciente el que se abre paso y acaba llevándonos a todos a un lado u otro, aunque nos resistamos a ello.