Opinión | A vista de baluarte

Un año perdido

Mientras España celebra la superación de los 21 millones de cotizantes, Extremadura ha destruido más de 16.000 empleos

Jóvenes en busca de empleo

Jóvenes en busca de empleo

Esta semana se cumple un año desde la celebración de las últimas elecciones autonómicas. Unos comicios que constataron la victoria del PSOE de Guillermo Fernández Vara. Insólitamente, un pacto de perdedores entre las derechas, apañado tras las contradicciones de María Guardiola, trajo consigo el gobierno del PP y Vox. Un año después debemos valorar con objetividad el impacto de las políticas conservadoras en Extremadura. La región ha experimentado recortes en los derechos de las familias con la injusta supresión de la universalidad de los comedores escolares y aulas matinales. Esta medida está afectando negativamente a 2.200 niños y niñas. Este hecho se ve agravado con la condena a la justicia social ejercida por un gobierno que tras reducir los impuestos a 1.200 privilegiados, ha renunciado al ingreso de 70 millones de € con el ataque explícito al estado de bienestar que costó décadas construir. La estela de estas políticas orientadas a una minoría privilegiada sitúa las cifras de empleo a la cola del país. Mientras España celebra la superación de los 21 millones de cotizantes, Extremadura ha destruido más de 16.000 empleos perjudicando especialmente a nuestros jóvenes con una tasa del 27 %, la más alta del país.

Mientras España celebra la superación de los 21 millones de cotizantes, Extremadura ha destruido más de 16.000 empleos perjudicando especialmente a nuestros jóvenes con una tasa del 27 %, la más alta del país

Todo ello en una economía que si bien alcanza cotas históricas de crecimiento en España, reflejan para la región un estancamiento desolador. Así hemos asistido a la renuncia de 75 millones destinados a los ayuntamientos, al incremento de la deuda pública en 161 millones, el aumento del déficit en 8 décimas y la ampliación del pago a proveedores a 18 días. En este marco el bloqueo sistemático de los grandes proyectos empresariales, llamados a industrializar nuestra región en el marco de la energía limpia y sostenible, hacen presagiar un empeoramiento de nuestros indicadores socieconómicos.

Por si fuera poco nuestra sanidad está viéndose seriamente deteriorada. La oferta de médicos MIR más baja de la historia y el aumento de las listas de espera degradan una sanidad que precisa menos felicitaciones y más inversión tangible. Como sentenciara el historiador Edward Gibbon «los vientos y las olas están siempre del lado de los navegadores más capaces». La ausencia de talento y acierto por parte del ejecutivo de María Guardiola es el reflejo irrefutable del desgobierno de las derechas. Un año de malas decisiones en el que se ha arrasado la herencia recibida. La Extremadura de hoy es menos

dinámica, equitativa, próspera y solidaria. Sin paliativos, inacción y apatía que constituyen un año perdido.

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