Cuando hace treinta años se creó el club Escuela Placentina de Piragüismo, no había ninguna mujer entre sus piragüistas. Pilar de la Nava, que fue su presidenta durante algunos años, se hizo socia por su hijo pequeño, porque lo apuntó y «empezó a gustarle». Pero desde entonces hasta ahora, las cosas han cambiado y el piragüismo ya no es solo cosa de hombres. Este año, el club ha conseguido el mayor número de féminas en su trayectoria, un total de veinte.

La última en llegar, «la pequeña del club», ha sido Alejandra, de 8 años. Su madre, Natalia Martín, explica que ella, a la edad de su hija, practicaba este deporte, que está muy ligado a su familia. Por eso, la pequeña «quiso probar y le ha gustado mucho».

Natalia lo practicó hasta su adolescencia y no tiene dudas de los beneficios que supondrá para su hija. «El primero y fundamental será la práctica de un deporte y, en estos momentos, un deporte al aire libre y en el que está en contacto con la naturaleza». También ha querido transmitirle la importancia de hacer ejercicio «y cuidarse, para nuestra salud».

Pero además, del piragüismo y del club destaca que «hay muy buen ambiente. Te permite hacer concentraciones y estar con otros clubes y es muy dinámico, muy chulo».

Respecto a los riesgos, afirma que «no hay peligro en absoluto porque tienen muchas medidas de seguridad. Los niños, aunque saben nadar, van con su chaleco y, en competición, siempre hay un equipo de salvamento».

Yolanda Jiménez lo sabe bien porque es de las veteranas del club. Empezó hace 18 años y lo hizo cuando ya superaba los 30 años. Al igual que Pilar De la Nava, se apuntó gracias a que, con 7 años, en unas vacaciones de verano con los abuelos, su hijo empezó a practicarlo.

«Yo me sentaba en la escalerita de La Isla a verle», recuerda. Tanto le gustó al pequeño que, aunque entonces vivían en Madrid, «todos los fines de semana teníamos que venir a montar en la piragua».

Por eso, «llegó un momento que pensé que me iba a meter en un barco» y de ahí pasó a realizar cursos de iniciación, de nivel 1 y ahora es técnico de nivel 2, ha sido monitora y ha competido, la última vez en el campeonato de invierno regional.

Evolución

«Sigo en contacto con el deporte y con el club». Ella ha visto la evolución de las mujeres porque recuerda que, cuando empezó a competir, «era yo la única mujer que lo hacía, a partir de ahí, se empezaron a animar».

Ahora, destaca que «hay un montón de chicas, es un mito que el piragüismo sea un deporte de hombres. Hay muchas y muy reconocidas».

Ella tampoco lo duda y asegura que lo aconseja «al 100% y a todo el mundo porque aquí no hay edad. Hay gente compitiendo con 70 y 75 años».

De sus ventajas, resalta que es «superrelajado, viene fenomenal para el estrés», pero también que ayuda en la coordinación, la musculación, el equilibrio y también que se practica en un entorno natural, sobre todo en Plasencia, «es una maravilla».

Para los pequeños, apunta además que «se divierten y socializan mucho» y a las mujeres en general las anima: «Que no tengan miedo, que lo prueben y a cualquier edad, para mí las que se montan en una piragua ya son unas valientes».