En un año normal, la Asociación de Jugadores en Rehabilitación (Ajer) Nuestra Señora del Puerta de Plasencia daba charlas a unos 2.000 alumnos de colegios e institutos, pero el pasado trimestre, solo entre octubre y diciembre, ya las han recibido 2.145 en 105 charlas. Solo en enero, van a realizar otras 29.

La demanda de este tipo de charlas de prevención se ha triplicado y el motivo no es otro que el aumento de casos de abuso o mal uso de los móviles y lo que se puede hacer con ellos, sobre todo en aplicaciones y redes sociales.

«En todos los centros de secundaria, se están cometiendo delitos telemáticos», advierte Sergio Redondo, el preventólogo de la asociación, que imparte las charlas.

Subraya que, «en la mayoría de los casos», el móvil se utiliza bien, pero «va ascendiendo» el número de casos de ciberbulling. «Antes nos encontrábamos con un caso y ahora se cuentan con los dedos de la mano y nos faltan dedos y ese tipo de acoso es 24/7», es decir, 24 horas al día y 7 días a la semana.

Pero además, resalta que la pandemia del covid ha llevado a un aumento del juego on-line, que empieza por «los videojuegos y la compra de contenidos» y continúa por los juegos de azar y las apuestas deportivas.

Se dan a edades cada vez más tempranas, de hecho, señala el caso de un menor que no ha podido comenzar el pasado curso por una «conducta adictiva a un juego on-line en concreto».

Los padres deben "controlar" el uso que hacen los hijos del móvil

De todo habla Redondo en sus charlas, que imparte desde tercero de Primaria a Bachillerato y Ciclos Formativos, según apunta Eusebio Collazos, secretario y tesorero de la asociación, que destaca además que el pasado trimestre han llegado a once municipios, entre Plasencia y las comarcas.

Redondo señala que una cosa es el uso y otra el abuso y la adicción y tiene muy claro que el mejor remedio es que los padres «controlen lo que hacen sus hijos, que les supervisen y controlen el tiempo» que dedican al teléfono. Porque la dependencia llevará a querer utilizarlo cada vez más y esto a su vez desembocará en una bajada de las notas, abandono de amistades, mentiras y autoengaño y, como dice a los alumnos: «La ludopatía no se cura, te puedes rehabilitar, pero no tiene cura más que evitar la conducta adictiva».