Despedida

Adiós a las chuches de Paqui en Plasencia

Peña Oliva es uno de los dos negocios de chucherías que se reparten al público juvenil que se concentra cada fin de semana en la plaza de Santa Ana

El 30 de abril será el último día que permanecerá abierto porque su propietaria, Francisca Muñoz, se jubila, después de casi 20 años en el establecimiento

Paqui cierra su tienda de chuches en Plasencia, tras casi 20 años en activo.

Paqui cierra su tienda de chuches en Plasencia, tras casi 20 años en activo. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

La plaza de Santa Ana de Plasencia es un hervidero de jóvenes los fines de semana y lo saben bien dos mujeres, Paqui y Marina, que se reparten amistosamente el negocio de las chucherías desde hace años. Este mes, Paqui Muñoz Hornero dirá adiós, cerrando su tienda, Peña Oliva, en la que ha permanecido casi 20 años.

No es un cierre obligado por dificultades del negocio, sino por la necesidad de descansar, a sus 66 años, y unirse a su marido en la jubilación. «Él ya lleva varios años, pero dice que no se jubila del todo hasta que lo haga yo», afirma.

Paqui recuerda que abrió la tienda con 48 años, para que la regentaran una nuera y ella misma. En un principio, además de chucherías, vendía aceitunas y aceite de oliva porque su marido trabajaba entonces en el sector.

Tiempo después, dejó de vender este género y se centró en las golosinas, con las que también ha trabajado su marido. 

Menos ventas tras el fin del botellón en Plasencia

«Al principio era mejor que ahora, eran otros tiempos», recuerda Paqui. Porque en un principio, las tiendas como la suya podían vender bebidas alcohólicas, que los jóvenes compraban para llevárselas al botellón. Cuando este desapareció por decisión del ayuntamiento, una importante fuente de ingresos también lo hizo. No obstante, Paqui aplaude que se eliminara esta práctica, perjudicial para los jóvenes.

Ahora, lo que más se vende son «las gominolas y las bolsas», aunque Paqui subraya que, quienes se dedican a las golosinas, «trabajamos para sobrevivir». Afirma que lo que más les asfixia son «los impuestos, como a todo el mundo, es lo que tenemos los autónomos».

"Los niños ya no comen chucherías a diario, solo los fines de semana, las madres tienen otras costumbres"

El fin de semana es su temporada grande porque otro cambio de comportamiento que ha podido observar también con el paso de los años es que «los niños ya no comen chucherías a diario, solo los fines de semana. Las madres tienen ahora otras costumbres, y me parece bien».

Quienes se han enterado de que cierra el 30 de abril le dicen que «esto no va a ser lo mismo sin mí». A ella también le da pena marcharse porque «son tantos años ya...» Tantos que, si en sus comienzos atendía a niños, ahora acuden estos, convertidos en padres, con sus propios hijos.

Así, la relación con muchos clientes es casi familiar. «Incluso en Semana Santa ha venido gente de fuera que ha pasado por la tienda». Ahora, le toca vivir su momento dulce fuera de la tienda. 

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