Declaración en el juicio

El cura de la diócesis de Plasencia acusado de agresión sexual dice que solo tuvo gestos de amabilidad

La Fiscalía pide un año de cárcel para el párroco, que ejercía en Béjar, y que, junto al Obispado placentino, indemnice a la víctima con 43 euros

Iglesia donde oficiaba el cura de la diócesis de Plasencia juzgado por agresión sexual.

Iglesia donde oficiaba el cura de la diócesis de Plasencia juzgado por agresión sexual. / Arte y Religión

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

El cura de la diócesis de Plasencia que está acusado de una agresión sexual a joven de 25 años cuando era párroco en Béjar ha negado los hechos en el juicio celebrado este martes en Salamanca y ha afirmado que solo mantuvo gestos de cercanía y amabilidad con él. La Fiscalía, en cambio, cree que es culpable y ha pedido para él un año de prisión y que, junto al Obispado, indemnice a la víctima con 43 euros.

También ha solicitado la inhabilitación absoluta, dos años de libertad vigilada y una orden de alejamiento de la víctima. El Obispado, que este lunes ha emitido un comunicado lamentando el "dolor y escándalo que la sola noticia en sí misma produce", ha afirmado que, cuando conoció los hechos, "se adoptaron las pertinentes medidas canónicas en consonancia con las disposiciones y medidas cautelares tomadas por la Justicia", aunque sin concretar en qué consistieron y si se apartó o no al párroco de la iglesia en su momento.

Según informa Efe, el sacerdote ha asegurado en la vista oral que todos sus gestos fueron de cercanía y acogida y ha recordado que existen cámaras de vigilancia. Además, ha negado que en una comida entrelazara sus piernas con las del chico; que le echara gel hidroalcohólico con ánimo libidinoso o que le hiciera tocamientos cuando fue a probarse un traje.

"Le fui enseñando los lugares de arte, explicando el contenido no solo artístico sino también espiritual, y en algunos momentos le manifestaba una cercanía, una acogida, con un abrazo… le di varios abrazos", ha señalado el párroco, según recoge La Gaceta de Salamanca. "En absoluto aproveché para tocarle, solamente para ceñirle el cíngulo", ha asegurado.

Por contra, la víctima ha declarado en el juicio que entró en un estado de shock y por eso no se dio cuenta de lo que estaba pasando. Ha afirmado que el cura "empezó a magrearle, le cogió sus piernas con las suyas… no daba crédito". Asegura además que sí le echó gel hidroalcohólico y "cogió sus manos y se las empezó a sobar, era surrealista". También ha declarado otro joven, su pareja de entonces, en consonancia con la versión de la víctima.

A la espera de la sentencia, la diócesis ha mostrado su deseo del "total esclarecimiento de los hechos" y ha pedido "prudencia y respeto a todas las personas implicadas".

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