Investigación pionera en España

Un proyecto desde Plasencia para ayudar a viudas a superar su soledad

Tres grupos de la UEx, encabezados por el centro universitario de Plasencia, han hecho una intervención con viudas de la zona norte, en plena naturaleza, y con el fin de darles herramientas para sobrellevar el dolor

Investigadores del centro universitario de Plasencia que han participado en el proyecto con viudas.

Investigadores del centro universitario de Plasencia que han participado en el proyecto con viudas. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Perder a un ser querido deja un vacío y una sensación de soledad que conocen muy bien las mujeres que se han quedado viudas. Con ellas ha querido trabajar la Universidad de Extremadura a través de un proyecto de investigación pionero en España, con el que han conseguido que se abran a otras mujeres y aprendan herramientas para superar su soledad.

Belinda Basilio Fernández, profesora ayudante del Grado de Enfermería en el centro universitario de Plasencia, es la investigadora principal de este proyecto que comenzó en enero y se dará por concluido en septiembre.

Tres grupos de investigación se han unido para llevarlo a cabo, de las ramas de Enfermería, Antropología, Ciencias del Deporte; con personal especializado en salud mental y duelo y con un componente muy importante, la naturaleza. Basilio destaca el papel de acompañante de la Enfermería y eso es lo que han querido hacer, unir a un grupo de mujeres en la naturaleza para acompañarlas en su soledad.

La financiación para el proyecto se solicitó en octubre y se concedió en enero, un total de 9.000 euros. Entonces, comenzó la búsqueda de mujeres con soledad no deseada, viudas, que respondieron a un cuestionario sobre su situación, si estarían interesadas en recibir ayuda para sentirse menos solas...

Al final, contactaron con 70 mujeres viudas, de las que 30, de entre 60 y 80 años, quisieron participar y se hicieron dos grupos, uno que formaría parte de una intervención en un campamento en plena naturaleza en Piornal y otro con el que no se intervendría directamente, para comparar después los resultados y si la actuación había tenido frutos y provocado cambios en las mujeres.

Investigadores del proyecto de Plasencia para ayudar a viudas con su soledad.

Investigadores del proyecto de Plasencia para ayudar a viudas con su soledad. / TONI GUDIEL

Así, las primeras acudieron a Piornal todos los sábados del mes de abril, de diez de la mañana a cinco o seis de la tarde, para realizar dinámicas de grupo. 

Según explica Basilio, lo primero que se hizo fue crear un vínculo de grupo, una cohesión grupal, para que todas se conocieran y se atrevieran a abrirse.

En los siguientes días, realizaron dinámicas para «romper el bucle» y aprender a convivir con el duelo; también para definir quién era cada una en el grupo y qué le movía a seguir acudiendo cada sábado y a reconocer el miedo, pero también a sentirse seguras, en este caso gracias a una ruta por la naturaleza en 4x4. 

Los resultados han sido tan buenos que las propias mujeres se han quedado con las ganas de tener más sesiones en la naturaleza y continuar con el proyecto.

Basilio no duda de que «la intervención ha cambiado a las mujeres» y señala que no quieren crear dependencia en ellas, sino darles herramientas para convivir con su vacío y su soledad y saber sobrellevarlo mejor, «sin depender de mí o de un proyecto».

Publicaciones sobre el proyecto placentino

Ahora queda la segunda parte, cribar los datos y publicar los resultados de su investigación. La investigadora calcula que podrán elaborar hasta tres publicaciones y la intención es que aparezcan en revistas especializadas de Enfermería. Señala que «en España no se ha hecho nada con viudas, este es el primer proyecto a nivel nacional» y también apunta que, en el mes de septiembre, el centro universitario placentino acogerá unas jornadas sobre la soledad para cerrar el proyecto y con presencia de las participantes.

Quiere dar las gracias a todo el equipo de trabajo porque «sin equipo, esto no se hace y menos en nueve meses».

Como balance, Basilio destaca que, a nivel personal, ha sido «un viaje de aprendizaje y placer. Me he divertido trabajando con mujeres». En cuento a ellas, «ha sido absolutamente increíble, empezar con mujeres que no se conocían y que se han ido quitando capas hasta establecer vínculos».

También se han conocido más a sí mismas, asumiendo lo que habían superado o no y qué hacer para seguir adelante. «Hay cosas que a lo mejor no se pueden cambiar, como el vacío que sienten y que depende de factores, pero sí les hemos podido dar herramientas», como la respiración o la capacidad «para disfrutar de las pequeñas cosas». Para Basilio, todas han aprendido que, «aunque lo nuevo asusta, también enseña». 

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