Robert Rodríguez completa su trilogía de la frontera

Qué esperar de una película norteamericana ambientada en México? Caballos y coches, machetes y pistolas, desiertos y alambres de espino, grandes haciendas y espléndidos charros, terratenientes y generales de opereta, fiestas, guitarras, fuegos artificiales y bellas campesinas, traiciones y venganzas. Todo ello está presente en El mexicano . Con ella, el cineasta Robert Rodríguez se mantiene como embajador del cine independiente en Hollywood, gracias a la leyenda de su primera película, El mariachi (1992), que costeó con 7.000 dólares de su bolsillo y cuyos ingresos en taquilla alcanzaron los dos millones.

Tres años después, Desperado convirtió a Antonio Banderas en estrella y a Rodríguez, en fábrica de dinero. Las aventuras de su héroe empezaron entonces a ser comparadas con el cine de Sergio Leone. "En el rodaje de Desperado , --apunta Rodríguez-- Quentin Tarantino me dijo: El mariachi fue tu Por un puñado de dólares ; Desperado es como La muerte tenía un precio ; deberías hacer una tercera película, una auténtica epopeya, y llamarla Erase una vez en México (ése es el título original)". Su deuda con el western italiano es clara. Busquen también el rastro de Sam Peckinpah y John Woo.

El mexicano es una película chiflada, mítica, sangrienta y operística, llena de delirantes escenas de lucha y persecuciones a todo trapo hábilmente coreografiadas, rodadas y editadas, de genuino aire sesentero.

Al frente de esta carta de amor del director a su tierra natal, entre la farsa y la tragedia, el entretenimiento y la alegoría política, está Banderas, atormentado, espiritual y ardiente mariachi pistolero, entregado con sus sicarios a matar al general que destruyó a su familia. Acompañan a Banderas Willem Dafoe (un señor de la droga); Mickey Rourke (lacayo de Dafoe), y, sobre todo, Johnny Depp (agente de la CIA).