Una parroquia hace frente a la ortodoxia de Rouco Varela

San Carlos Borromeo es una humilde parroquia de Vallecas en la que sus sacerdotes ofician misa en vaqueros y dan rosquillas en vez de hostias, pero ahora el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha mandado parar. El expresidente de la Conferencia Episcopal comunicó la semana pasada a los curas que la parroquia se cerraba y el local pasaba a manos de Cáritas. "Ni su liturgia ni su catequesis son eclesialmente homologables", sentenció el arzobispado madrileño. Y, sin embargo, San Carlos Borromeo resiste.

Los párrocos --Javier Baeza, Pepe Díaz y Enrique de Castro, situados en la órbita de la teología de la liberación y quienes desde hace 27 años asisten a los marginados de la zona hasta el punto de acogerlos en sus domicilios-- han decidido plantar cara a esta acometida ortodoxa de la jerarquía eclesiástica. Todo el barrio parece estar con ellos.

"En un momento tan convulso, cualquier disensión no gusta. Pero nosotros no tenemos nada que perder y mucho que ganar", explicó ayer en el templo el cura Javier Baeza. A su espalda había un Cristo crucificado; frente a él, una copia a color del Guernica de Pablo Picasso.