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Música en clave menor

Quien sabe si saldrán de las aulas de Promúsica un Mozart, un Bethoveen, una Monserrat Caballé o un Pavarotti. El tiempo lo dirá. De momento, una treintena de niños de 4 y 5 años de Badajoz han iniciado su educación musical con una novedosa metodología: "Al contrario que en un conservatorio, los niños lo primero que hacen es escuchar; después cantan, luego tocan y, lo último que aprenden es solfeo", explica José María Muñoz, gerente de Promúsica.

Con este sistema se busca acercar la música a los más pequeños de una forma más amena, sencilla e "intuitiva". En la primera clase, los niños ya aporrearon un teclado, un instrumento que será fundamental para que se familiaricen con los sonidos y las notas. "Se utiliza este instrumento porque está afinado y, por ejemplo, con un violín sería mucho más difícil educar el oído del niño", apunta José María Muñoz.

El curso se denomina Estrellita y cada cinco minutos el profesor cambia la actividad que se realiza en la clase para que los alumnos no caigan en el aburrimiento. Para asistir a la escuela no se exige ninguna habilidad musical, solo "tener ganas".

Otra de las novedades del sistema utilizado por Promúsica, ideado por Yamaha, es que los niños no son los únicos que acuden a clase: sus compañeros son sus propios padres, con quienes comparten teclados, juegos, canciones y los ejercicios que se llevan para practicar en casa. "Si los padres son los interesados en que sus hijos aprendan música, es que a ellos también les gusta, por eso venir con ellos les divierte". Además, ayudan a que se mantenga cierto orden en el aula donde cada semana se reúnen a dar la nota ocho niños, ocho padres, ocho teclados y un profesor.

Los expertos aseguran que la iniciación musical a edades tempranas favorece el desarrollo de otras áreas como el ajedrez, las ciencias, el lenguaje o las matemáticas. "Mozart decía que la música era pura matemática porque es la combinación de sonidos en el tiempo", recuerda el gerente de Promúsica en este sentido.

Esta novedosa metodología que ahora acaba de implantarse en Badajoz funciona desde hace medio siglo y no solo se aplica a los más pequeños. Hay clases para niños de otras edades y también para adultos. Y si por su corta edad destacan los alumnos del curso Estrellita , otros hacen suyo eso de nunca es tarde si la dicha es buena y han tenido su primera experiencia musical pasados los 70.

José María Muñoz se muestra satisfecho con la bienvenida que los pacenses han dado a la escuela de Promúsica, que en total cuenta con un centenar de matriculados en su primer año, que se suman a los 720.000 a los que ya ha convencido en los cinco continentes el método ideado por Yamaha para estudiar música.

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