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"Lo peor fue la incertidumbre"

"No habríamos aguantado si no hubiéramos estado juntos", dice el piloto en Madrid.

"Lo peor fue la incertidumbre"

¿Qué es lo peor de pasar 16 días detenido en un país tan pobre como Chad, de que te acusen de ser cómplice en un delito de tráfico de niños, de que el presidente de la república africana te señale y diga que te van a castigar? El piloto Agustín Rey, muy nervioso, frotándose la cara, lo tenía claro. "Lo peor ha sido la incertidumbre", señaló el comandante al pisar la base de Torrejón de Ardoz, poco antes de las diez de la noche de ayer.

Un centenar de amigos y familiares de los tripulantes liberados había aguardado su llegada. Todos, entre gritos de "¡bravo! ¡bravo! ¡bravo!", aplaudieron dos veces: la primera, cuando se abrió la puerta del avión de la Fuerza Aérea que los había traído de vuelta; la segunda, cuando Rey, su copiloto Sergio Muñoz y el auxiliar de vuelo Daniel González bajaron las escalerillas del aparato. Allí estaba para recibirles la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien dio las gracias al presidente del Chad, Idriss Deby, y dijo que la diplomacia española había funcionado. Antes de eso, De la Vega había recibido así a uno de los tripulantes: "¡Qué ojeritas! Ahora vas a dormir".

Pero, sobre todo, estaba el resto de la tripulación del accidentado vuelo de Girjet a Chad. Es decir, las cuatro azafatas que fueron traídas de vuelta a España a bordo del avión presidencial francés, en el viaje relámpago organizado por Supersarko. Es decir, lo mejor de todo el calvario. "No podríamos haber aguantado si no nos hubiéramos sentido como una tripulación --dijo un Rey algo más calmado--. Hemos estado todos juntos". Los siete --azafatas, pilotos y auxiliar-- se fundieron en un fuerte y largo abrazo. Como si celebraran un gol.

A Rey, Muñoz y González se les podría llamar los últimos de Chad, si no fuera porque antes de irse se convirtieron en los penúltimos. Un fotógrafo de Efe, Pedro González Lasuén, fue retenido en Yamena junto a dos periodistas franceses por agentes policiales que los llevaron a una comisaría de la capital chadiana. Les acusaban de no contar con permiso para tomar imágenes, pero los tres fueron liberados después.

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