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UN NUEVO PROYECTO REVOLUCIONARA LA CAPITAL DE LA LUZ.

París no se acaba nunca

Nicolas Sarkozy impulsa la mayor transformación de la ciudad desde la de Haussmann en el siglo XIX Un metro automático de 130 kilómetros rodeará la capital por la periferia Los trabajos emp

París no se acaba nunca

"El Gran París será una realidad el día en que la banlieue haya desaparecido" . La frase, dicha por Christian Blanc, el secretario de Estado encargado del desarrollo de la región de la capital francesa, sintetiza la idea que contiene el proyecto que el presidente, Nicolas Sarkozy, quiere llevar a cabo para pasar a la historia como el hombre que más transformó París desde la reforma dirigida por el barón Haussmann durante el Segundo Imperio, en la segunda mitad del siglo XIX.

Haussmann abrió los bulevares y convirtió el centro de París en una ciudad monumental. Sarkozy va más allá y pretende integrar en la capital la conurbación de 11 millones de habitantes que rodea el municipio de París, de solo dos millones. Es una tarea titánica porque, como dice el arquitecto británico Richard Rogers, "ninguna gran ciudad tiene el corazón tan separado de sus miembros". París y su periferia son una continuidad urbanística, pero nada tiene que ver la capital con sus suburbios, degradados e incomunicados.

Mezcla social

Blanc lo expresa de otra manera: "Las 14 primeras ciudades francesas suman ocho millones de habitantes, menos que el Gran París, pero todas tienen sus teatros, sus cafés y sus restaurantes célebres". Nada de eso existe en la banlieue, un conjunto de ciudades despersonalizadas con barrios convertidos en auténticos guetos. Para intentar solucionar este deterioro constante durante los últimos 30 años, el proyecto del Gran París se propone "hacer o rehacer ciudades donde exista la mezcla social y la dignidad, conservando en su sitio a los habitantes actuales".

Uno de los grandes proyectos del Gran París consiste en rodear la capital y conectar los dos aeropuertos internacionales --Roissy-Charles de Gaulle, al norte, y Orly, al sur-- con 130 kilómetros de metro automático (sin conductor) por la periferia para llegar desde Roissy al centro de París en media hora. Los trabajos empezarán en el 2012 y su primera fase deberá estar finalizada en cinco años. La circunvalación total del metro tendría que estar acabada dentro de 10 años. "Sarkozy personalmente ha decidido que una de las ramas del metro pase por el centro de Clichy-sous-Bois y Montférmeil (escenario de los disturbios del 2005) para contribuir a la desguetización de esas zonas", recalca.

La inversión global en transportes asciende a 35.000 millones de euros en 10 años, 23.000 destinados al metro automático y el resto a mejorar las líneas de RER, los trenes de cercanías, cuya frecuencia y cobertura dejan mucho que desear. "Las puertas de París ya no son la puerta de Orléans o la de Montreuil, sino los aeropuertos y las estaciones del TGV", dice Blanc. El Gran París se centra en el transporte porque "la velocidad se ha convertido en una de las claves de la ciudad", según Blanc, pero abarca mucho más, desde un desarrollo económico basado en la innovación y en las industrias de futuro hasta el urbanismo ecológico y la vivienda o el reforzamiento de la capital como plaza financiera. El objetivo es crear un millón de puestos de trabajo en 20 años.

El puerto, en Le Havre

El proyecto prevé también la instalación en la confluencia de los ríos Sena y Oise del puerto fluvial de París. El puerto marítimo del Gran París tiene que ser, según Sarkozy, Le Havre, donde desemboca el Sena, cuyo valle debe convertirse en el eje de crecimiento de la conurbación con una nueva línea de TGV que sitúe en el 2015 la ciudad a una hora de la capital.

El presidente hace así suya la idea de Antoine Grumbach, cabeza de uno de los 10 equipos de arquitectos, urbanistas y sociólogos que han presentado ideas para el desarrollo de la capital con la perspectiva de la ciudad del siglo XXI y con las características de la era pos-Kioto de respeto del medioambiente: transportes, densificación del espacio y rehabilitación en lugar de destrucción.

No se trata de proyectos para llevar a la práctica, sino de reflexiones sobre la ciudad con el horizonte del año 2050. Los 10 equipos, entre los que están los talleres de Grumbach, Rogers, Christian de Portzamparc, Jean Nouvel, Roland Castro y Winy Maas, exponen sus ideas en la Ciudad de la Arquitectura. Los arquitectos han logrado suavizar las normas urbanísticas para hacer 70.000 viviendas.

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