La defensa pide 30 años para el autor de la matanza de Olot

Pere Puig Puntí, el albañil que asesinó a tiros a cuatro personas en un bar y en una sucursal de la CAM en la localidad catalana de Olot, se enfrenta a una petición de pena de 80 años por parte del fiscal y de las dos acusaciones particulares, que ayer presentaron sus conclusiones finales durante la última jornada del juicio que se ha celebrado en la Audiencia de Girona, tras la que el jurado inició sus deliberaciones.

La propia abogada del acusado, Núria Masó, cambió su calificación ante la contundencia de las pruebas, y de la absolución inicial pasó a solicitar que se le rebaje la condena a un máximo de 30 años por la aplicación del atenuante de confesión y de la eximente parcial de alteración psíquica.

Esa no fue la única novedad de ayer. Puig aprovechó el turno de palabra que se concede a los acusados al final de la vista para expresar su arrepentimiento.

"Siento mucho lo que ha pasado y pido perdón a las familias", dijo el albañil, que hasta ese momento apenas había abierto la boca, ya que se negó a responder las preguntas de las acusaciones y del fiscal, y se limitó a contestar con monosílabos el breve interrogatorio de su abogada.

El fiscal, Víctor Pillado, fue contundente en su informe y consideró que durante la vista había quedado totalmente probado que Puig fue el autor material de los crímenes; que las víctimas no pudieron escapar ni defenderse (lo que eleva el delito de homicidio a asesinato); que actuó con ánimo de matar, y que el acusado no sufre ninguna enfermedad mental, tal y como declararon el miércoles los médicos forenses.

"Es una persona normal con alguna peculiaridad. Quería matar. Sabía que mataba. Y mató. Fue un acto deleznable, despreciable y cruel", remachó el fiscal.

Tanto el fiscal como las acusaciones volvieron a rebatir el informe aportado por dos psicólogos de la defensa que sostienen que el albañil sufre un trastorno de personalidad. De hecho, ese ha sido el eje central del juicio.