La inspección del vertido de piezas de kebab en un solar sin edificar de un polígono de Alzira (Valencia) realizada por técnicos de Salud Pública ha elevado a más de 600 kilos el volumen de carne abandonada de forma irregular que, finalmente, empezó a ser retirada el miércoles por una empresa contratada por el ayuntamiento para su destrucción en una incineradora.

El informe de Salud Pública, que ha abierto una investigación para tratar de descubrir el origen de la carne y poder actuar contra los responsables del vertido, contabiliza 25 piezas de 25 kilos cada una según el peso que marca la etiqueta, de la que se desprende que el producto ha sido fabricado en Alemania.

Fuentes consultadas señalaron que ha causado sorpresa tanto el vertido de kebabs cuando, además, la fecha de fabricación era muy reciente y quedaba un año para alcanzar la fecha de consumo preferente que marca la misma etiqueta.

"Entiendo que la correcta retirada de este producto pueda ser costosa para una empresa, pero dejarlo tirado no es que sea la última opción, es que no tendría que ser nunca una opción", comentó la concejal de Sanitat, Gemma Alós, visiblemente molesta por estas conductas incívicas que pueden generar un riesgo sanitario.

Como adelantó en exclusiva Levante-EMV, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, el vertido de varios cientos de kilos de carne de kebab se detectó la semana pasada en una parcela del polígono conocido como la Ciudad del Transporte, junto a la carretera de Algemesí (CV-41). Un usuario de la ITV que de forma causal cogió una de las calles perimetrales del polígono, muy poco transitadas ya que apenas hay parcelas ocupadas, detectó unos bultos de plástico entre las malas hierbas de una parcela que le hicieron sospechar que podía tratarse de fardos de droga, aunque al acercarse comprobó que la etiqueta identificaba el contenido como carne de kebab. Justo en un campo que linda con el polígono también pudo divisar más bultos similares.

El recuento realizado por técnicos de Salud Público eleva a 25 las piezas de carne ya en mal estado por el tiempo que han permanecido a la intermperie. Algunas presentan el envoltorio roto. "Van directamente a destrucción para que no haya dudas", explicaron desde Salud Pública.

"Una salvajada"

El Ayuntamiento de Alzira ha gestionado a través de una empresa concesionaria que dispone de un crematorio para mascotas de pequeño tamaño la retirada y posterior destrucción de esta carne, un trabajo que empezó a realizar el miércoles aunque ayer todavía no había completado. "Es una exageración de kilos, no entiendo cómo la gente hace algo así cuando es un producto alimentario", señaló la concejal de Sanidad, mientras comentaba que hasta que el ayuntamiento no recibió el informe de Salud Pública no podía intervenir para no afectar a la investigación abierta y no dudó en señalar que este tipo de prácticas "se deben perseguir y sancionar siempre que se pueda, porque me parece salvaje", señaló Gemma Alós.

La normativa que regula el tratamiento que debe recibir un producto de origen animal que no es apto para su comercialización bien porque ha caducado, se ha roto la cadena del frío -habitualmetne los kebabs se congelan para la distribución- o tiene algún problema de carácter sanitario es muy estricta y obliga a contratar a una empresa especializada que se encarga bien de la destrucción o, si se dan las condiciones, de su transformación para reintroducirlo en la cadena alimentaria de animales como pienso. Es lo que en el argot del sector se conoce como SANDACH, un subproducto animal no destinado a consumo humano.