La vida no va de esto, dicen, y se quedan tan anchos, mientras a los padres se nos pone cara de acelga y nos hierve la sangre como si tuviéramos su edad, que ya no es la nuestra. La vida no va de encontrar un trabajo que no te guste, echarle horas sin medida, hipotecarse por un piso en las afueras, tener hijos a los que no poder cuidar… La vida es algo que sucede solo una vez y hay que disfrutarla a conciencia. Nos lo sueltan no como un insulto sino como una declaración de intenciones.

Son la primera generación que va a vivir peor que sus padres, nos han contado, y nos lo hemos creído sin dudar, como hacemos con casi todo, pero no es cierto. Tienen más formación universitaria, se van más tarde de su hogar(también tienen más comodidades que las que teníamos nosotros), se preocupan más de su salud, las mujeres se han incorporado al trabajo, todos trabajan menos horas, y no quieren comprarse una casa porque no quieren endeudarse durante décadas.

Tienen hijos más tarde, fuman mucho menos, dedican más tiempo al ocio y la cultura, no son creyentes, se casan menos, sufren más el paro, y muestran más tendencia al sobrepeso. Ya no quieren trabajar en el campo, y vacían los pueblos en un éxodo hacia la ciudad que parece irreversible.

Esa es su radiografía, pero no son solo cifras, y sí van a vivir mejor que nosotros, solo que de otra forma. Quizá a los que piensan que vivirán peor no se les pasa por la cabeza que la existencia es algo más que un bucle de consumo, que los mismos jóvenes que no pueden comprarse una casa, sí quieren cuidar el planeta como la casa de todos, y que ya han nacido siendo iguales, aceptando las diferencias y sin aborrecer lo distinto.

No, la vida no va de esto, aunque no nos guste escucharlo. Trabajar menos horas, tener menos dinero y comprar menos puede significar vivir más años y más felices. Y no, no van a vivir peor que nosotros, van a vivir de otra manera. Y eso que nos parece una condena, debería suponer la esperanza de un mundo mejor, más habitable y desde luego, mucho más humano, justo a su medida, que también es la nuestra.